Francisco D. García Montes y Jesús Vázquez, junto a la portavoz de CEAQUA, Irene Álvarez.
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Dos represaliados del franquismo presentan una querella por torturas en una comisaría de Vigo
Jesús Vázquez y Francisco Domingo García Montes fueron detenidos por su militancia en la Unión do Povo Galego (UPG)
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Jesús Vázquez González y Francisco Domingo García Montes han presentado este viernes en los juzgados de Vigo una querella por crímenes de lesa humanidad, denunciando las torturas sufridas en 1976 durante su detención en la Comisaría de Luis Taboada.
Ambos fueron arrestados en una cafetería de Vigo por su militancia en la Unión do Povo Galego (UPG) y permanecieron cinco días incomunicados bajo malos tratos antes de ser trasladados a la antigua prisión de la calle Príncipe, actual Museo Marco, donde siguieron en aislamiento como presos políticos. La querella señala directamente a 14 agentes de la Policía y la Guardia Civil.
Este caso se suma a más de 115 querellas interpuestas en España por víctimas del franquismo que buscan ejercer su derecho a la verdad, justicia y reparación. La asociación CEAQUA, que impulsa la denuncia, ha recordado que el Comité de Derechos Humanos de la ONU reprochó recientemente a España la falta de actuaciones penales efectivas en estos casos, e instó a no aplicar amnistía ni prescripción a crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura.
Irene Álvarez, portavoz de CEAQUA, ha destacado la relevancia simbólica de esta querella, que coincide con el 50 aniversario de la muerte de Franco y de las ejecuciones de opositores al régimen. También ha reclamado que la Comisaría de Luis Taboada y el Museo Marco sean reconocidos como "lugares de memoria democrática", y ha recordado que las torturas denunciadas eran prácticas habituales en el aparato represivo franquista. Sin embargo, ha subrayado que lo normal en la justicia española es no admitir a trámite estas denuncias, salvo contadas excepciones como la de Manuel Reboiras Noia.
Los dos querellantes han defendido la necesidad de luchar por la memoria histórica en un contexto en el que crecen el negacionismo y las noticias falsas. Ambos han señalado que, tras la muerte de Franco, se impuso un "silencio tremendo" sobre estos hechos por parte de todas las fuerzas políticas y advirtieron del riesgo de retroceder hacia formas autoritarias.
Para ellos, es imprescindible mantener viva la memoria y avanzar hacia una justicia real, ya que las políticas actuales en esta materia siguen siendo insuficientes y meramente simbólicas.