El acusado, en el juicio.

El acusado, en el juicio. Adrián Irago - Europa Press

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El instructor ve "imposible" que el acusado de matar a un okupa en Vigo llegase a casa sin cruzarse con él

El agente ha apuntado que el procesado aseguró que había llegado con posterioridad al domicilio y que se había encontrado a otro okupa fuera al que preguntó por el fallecido

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El policía instructor del caso ve "imposible" que el acusado de matar a su compañero con el que ocupaba un edificio en Vigo llegase a la casa después de los hechos sin cruzarse con la víctima, ya que recorrió herido el mismo camino por el que habría accedido el procesado a la vivienda en el mismo periodo de tiempo.

Según este agente, que ha declarado en la vista celebrada este martes en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo, el procesado aseguró que había llegado con posterioridad al domicilio y que se había encontrado a otro okupa fuera al que preguntó por el fallecido.

Una versión que ve "muy difícil" ya que según el camino por el que el acusado llega al domicilio es la misma ruta que recorrió herida la víctima, por lo que "se hubiesen visto". "Para mí es imposible", ha apuntado.

Según las imágenes de las cámaras de seguridad de distintos establecimientos de la zona, en una se ve al procesado a las 03:16 horas subiendo la calle Coruña en dirección a la casa okupada, y a las 03:24 horas se ve a la víctima caminando herido a 50 metros de la zona donde finalmente falleció.

Según los horarios, el agente considera que si el procesado llegase a la casa después de la agresión, se habrían cruzado por el camino.

Este policía, al igual que otros que han acudido como testigos esta mañana al juicio, ha apuntado que el acusado tenía sangre tanto en la mano como en la ropa, que según el acusado era de su compañero fallecido, que se habría caído de regreso a la casa después de la fiesta de Bouzas y se habría hecho una herida en la mano con los cristales de un botellín de cerveza; al ayudarlo, se habría manchado de sangre. 

Sin rastros de cristales ni de herida en la mano

Por esto, se investigó la zona donde presuntamente habría ocurrido esta caída, sin encontrar restos de cristales ni el botellín. Tampoco había ningún dispositivo de limpieza municipal en la zona. Además, el cadáver no presentaba heridas en la mano, según han apuntado varios agentes en su declaración ante los jueces y el tribunal de jurado. Por ello, no ve "coherente" este relato.

Preguntados sobre el tercer okupa que vivía con ellos, todos los agentes han indicado que no presentaba restos de sangre en su ropa ni en sus manos. Este varón les habría dicho que, mientras dormía, escuchó discutir a dos personas y una de ellas habría dicho: "Me has clavado". Por ello, salió fuera y vio al acusado, pero no al fallecido.

A partir de ahí, procesado y este hombre comenzarían la búsqueda de la víctima, siempre según el relato que este tercer okupa les contó a los policías, hasta que encontraron a una patrulla de Policía y pararon el vehículo. Estos hechos estarían "corroborados" por las grabaciones de cámaras de seguridad, según indicó un agente.

Este varón habría dicho a los agentes de forma esporádica que habían apuñalado a su compañero, por eso lo buscaban, apareciendo después a pocos metros el cadáver. En un registro de la casa, fue esta persona quien advirtió de la falta de un cuchillo con el que había cocinado hacía pocas horas, apareciendo en una parcela cercana lleno de sangre.

Hechos

En concreto, siempre según Fiscalía, los hechos habrían ocurrido en la madrugada del 17 de julio de 2023, cuando el acusado y el fallecido volvían caminando juntos desde las fiestas del barrio de Bouzas hasta el domicilio que ambos okupaban. En el entorno de la plaza de la Industria, tras una discusión, continuaron el camino por separado.

Fue sobre las 03:20 horas cuando se reencontraron en el exterior del domicilio. Allí, el acusado, utilizando un cuchillo de más de 28 centímetros que habría cogido en el interior de la vivienda, habría atacado a la víctima, clavándoselo hasta en cuatro ocasiones en la espalda, en el tórax, en el pecho y en el brazo.

Fiscalía considera que el acusado "actuó con la intención de acabar con la vida" de la víctima, la cual "dado su profundo estado de embriaguez y lo sorpresivo del ataque, no tuvo posibilidad alguna de repeler la agresión".

La víctima, tras el apuñalamiento, apenas pudo caminar 200 metros hasta la calle Coruña, donde falleció "por un shock hipovolémico como consecuencia de las heridas de arma blanca, siendo la última de ellas mortal e incompatible con la supervivencia, al penetrar la cavidad torácica, perforar el saco pericárdico y penetrar en el corazón", recoge Fiscalía, pidiendo 20 años de prisión para el acusado, así como el pago de una indemnización a la madre del fallecido de 60.000 euros.