
El primer mural de un afilador en el mundo, situado en Castiñeiro, una aldea de San Xoán de Río
El primer mural de un afilador en el mundo está en una aldea de Ourense: "Está tal como soy, muy guapo"
El artista ourensano Mon Devane ha inmortalizado en Castiñeiro, una aldea de San Xoán de Río (Ourense), a uno de sus vecinos, Juan Pérez, afilador, emigrante e inventor
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Honrar el legado de una familia y un oficio tradicional. Esto es lo que han hecho en Castiñeiro, una aldea de San Xoán de Río (Ourense), donde un afilador contará por primera vez en el mundo con su propio mural.
Obra del artista ourensano Mon Devane, representa a Juan Pérez, un vecino de la localidad cuya historia puede reflejar la de miles de gallegos. Afilador de profesión, también encarna la "típica historia de emigrante que se fue a Suiza", en palabras del pintor.
Juan nació en 1935 y la situación de la época le obligó a trabajar desde muy pequeño. Fue pastor de niño, pero pronto empezó en lo que se convertirá en su oficio gracias a su tío, Antonio de Cambela, con quien viajó a La Mancha en el año 1959.
"Fue el primero que transformó la rueda de afilar en bicicleta porque, como él dice que se cansaba de andar, inventó esto", explica su hijo, Juan Carlos, que dejó su empresa en Noruega para volver a la aldea de sus abuelos y formar parte del "renacimiento rural".
“Este mural no es solo un homenaje a mi padre. Es una forma de decir que los pueblos también tienen derecho a ser escenario de arte, memoria y futuro”, afirma quien también es fundador de Aldealista, el 'Tinder' de los pueblos'.
De la Mancha a Suiza
Juan Pérez aún recuerda aquellos años en los que cantaba junto a su tío: "Soy afilador, a la Mancha me voy a afilar. Voy a sacar las perras a cuatro manchegas. Cuando toque el pito del afilador, las mujeres se me ponen todas a afilar. Pase por aquí, afilador, que tengo que afilar unas tijeras que es usted el mejor".
"Y bailaban las mujeres", añade el afilador a Treintayseis, que explica que más tarde volvió a su pueblo natal para coger impulso y emigrar de nuevo. Esta vez, a casi 2.000 kilómetros de distancia, a Suiza.

Juan Pérez, con el sombrero y el abrigo que se compró con su primer sueldo en Suiza
Allí, estuvo 12 años en los que pasó por un montón de oficios: jardinero, limpiaplatos o enterrador fueron algunos de ellos. Según explica su hijo, con su primer sueldo se compró un sombrero y un abrigo.
Vuelta a España
En el año 1974 llegó a Barcelona, donde trabajó durante más de 20 años en una cuchillería, como no, de afilador. Fue pionero al motorizar el afilado con una Vespa, que lo llevó hasta Andorra, Ibiza y por toda la Costa Brava.
"Tocaba el pito, hablaba barallete y siempre cobraba con retranca", resume Juan Carlos el trabajo de su padre, que no retornó definitivamente a su Galicia natal hasta la pandemia.

Juan Pérez jugando a la billarda
Ya en su Castiñeiros natal, es conocido a sus 89 años como el Patriarca de la Billarda. Así, se ha convertido en una de las figuras más queridas de la comarca.
¿Cómo surge el mural?
Llega 2025 y Juan queda inmortalizado por el artista ourensano Mon Devane. Pero, ¿de dónde surge este proyecto?
Juan Carlos tenía una empresa de juegos en Noruega, pero llegó el Covid y le pilló en Castiñeiros junto a toda su familia. "Mi abuela falleció en pandemia y me dijo que dejara de dar vueltas por el mundo y que ayudara a los pueblos, a mis orígenes", relata el hijo del afilador.
Entonces, hicieron lo que mejor sabían hacer: un juego. En concreto, una aplicación semejante a Tinder, llamada Aldealista, que conecta pueblos y personas y que trata de dar visibilidad y revitalizar el rural.
Con este objetivo, también está llevando a cabo diversos proyectos de restauración. Entre ellos, Rural Haus, el programa en el que se enmarca el mural de Juan.
¿Por qué Mon Devane y por qué Juan?
Si por algo destaca la obra de Mon Devane es por su sensibilidad por el rural. "Me gusta pintar una historia que detrás refleje tradición y cultura", explica a Treintayseis el artista, al que este proyecto le encajaba como anillo al dedo.
Además, como conocía la historia de Juan, no dudó en proponer un mural sobre su figura, al tratarse de "un perfil muy interesante", tanto por su "típica historia de emigrante", como por su oficio de afilador.
"Es un rostro que representa nuestra idiosincrasia", resume Mon Devane desde su casa, donde describe los otros dos murales. Ambos representan unas manos, en un caso las de una chica tocando una tabla de lavar y, el segundo, hace referencia a las costureras.
"Está tal como soy, muy guapo", bromea Juan sobre un retrato del que se muestra muy orgulloso y que quedará para la posteridad en su pueblo, que ha pasado de cero censados en 2020 a siete gracias, en parte, a la labor de su hijo y de actuaciones como esta.
Una aldea "simbólica" de la despoblación
Juan Carlos considera Castiñeiro una aldea "simbólica" de la despoblación de miles de pueblos gallegos, especialmente en el interior. Por eso, su trabajo y el de artistas como Mon Devane son clave para situarlos en un primer plano, resignificando y poniendo en valor sus tradiciones e identidades.
"Siempre genera un impacto, es una manera de darse a conocer, fomentar que la gente venga y aprovechar para darle difusión a localidades que están perdiendo mucha población", explica el artista ourensano.

Alumnos del colegio de Puebla de Trives visitando el mural de Juan Pérez
Además, también se trata de acercar a los más jóvenes a sus raíces. Recientemente, un grupo de alumnos del colegio de Puebla de Trives se acercó al mural de Juan.
Vestidos con ropas tradicionales, tuvieron la oportunidad de conocer al afilador en persona e interactuar con él. Todos salieron contentos, incluido Juan, que pudo mostrar sus dotes con la billarda.