Peto das Ánimas de Piñeiro

Peto das Ánimas de Piñeiro Concello de Gondomar Gondomar

Cultura

El Peto das Ánimas de Piñeiro: una reliquia histórica que renace en plena comarca de Vigo

Construido en 1880, la composición actual es fruto de una meticulosa rehabilitación que ha devuelto su esplendor a este histórico santuario pétreo de Gondomar

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A los pies de la imponente Serra do Galiñeiro, Gondomar se revela como un destino donde la naturaleza y el patrimonio se funden en una perfecta armonía. Esta joya gallega, situada en plena comarca de Vigo, atesora una rica herencia arqueológica que da testimonio sobre su relevancia histórica a lo largo de los siglos. Lo cierto es que, su estratégica ubicación geográfica convirtió a Gondomar en un punto de encuentro para civilizaciones desde tiempos remotos, dejando una huella imborrable que todavía resuena en el paisaje de esta encantadora localidad.

En su narrativa más reciente, el auge de Gondomar llegó a partir de la Edad Media, cuando se consolidó como núcleo poblacional clave y empezó a florecer su rica arquitectura popular. Iglesias, capillas, palacetas y, por supuesto, elementos tan singulares como los emblemáticos petos de ánimas, pequeños santuarios concebidos para aliviar las penas de las almas en tránsito, forman parte de este extenso legado. Sin duda, una curiosa mezcla entre lo sacro y lo cotidiano en la que sobreviven tanto vestigios romanos como góticos.  

Estos citados rincones sagrados, enmarcados en su mayoría en mitad de caminos y encrucijadas, surgieron entre los siglos XVII y XVIII por todo el territorio gallego, siendo desde entonces una de las grandes representaciones del culto a los muertos en Galicia. En Gondomar también encontramos importantes muestras de esta tradición popular, como es el caso del Peto das Ánimas de Piñeiro, una verdadera reliquia histórica que acaba de ser recuperada en el marco de un proyecto que busca poner en valor el patrimonio local y devolver a Gondomar una pieza esencial de su identidad cultural y etnográfica.  

La belleza de la historia

Vista en detalle del Peto das Ánimas de Piñeiro

Vista en detalle del Peto das Ánimas de Piñeiro Concello de Gondomar Gondomar

En su origen, los petos de ánimas surgieron con la función de preservar el recuerdo de las almas en pena atrapadas en el Purgatorio, invitando a los caminantes a orar por su descanso eterno y dejar limosnas para su salvación. Estos tesoros pétreos, cargados de magia y simbolismo, suelen encontrarse tallados o esculpidos con formas únicas y cuentan con una cavidad central donde aparecen representadas las almas entre llamas, un detatalle que evoca tanto su sufrimiento como la esperenza de redención. 

El Peto das Ánimas de Piñeiro, contruido hacia el año 1880 y a un sólo paso del Pazo de Troncoso, es un estupendo ejemplo de esta tradición gallega. Este pequeño santuario gondomareño, fruto de la devoción popular y religiosa, se erige en un antiguo camino que conectaba el corazón de la parroquia de Peitieiros con el centro de la villa de Gondomar y la iglesia de San Miguel, un templo cuyas raíces se remontan al siglo XII. El recorrido en cuestión transcurría por las sendas de los Amados, Raxas y el histórico Ponte das Ánimas, dibujando un recorrido espiritual donde el pasado y el presente se entrelazan en cada piedra y cada paso. Un testimonio vivo del diálogo eterno entre lo terrenal y lo divino. 

La rehabilitación del monumento

Vista del entorno rehabilitado del Peto das Ánimas de Piñeiro

Vista del entorno rehabilitado del Peto das Ánimas de Piñeiro antosarquitecto.com Gondomar

La apariencia actual del Peto das Ánimas de Piñeiro es el resultado de una cuidada rehabilitación llevada a cabo en el año 2020, en un proyecto que no sólo devolvió el esplendor a este pequeño santuario, sino que también revitalizó el entorno que lo rodea, destacando su importancia como parte del patrimonio local. El altar, pieza central de la composición, es sobrio en ornamentaicón, aunque llama la atención por las inscripciones que adornan su arco superior. 

En lo que respecta a la intervención, las obras de restauración fueron más allá de la estructura pétrea de este peto de ánimas. Se creó un espacio de encuentro y disfrute tanto para los vecinos como visitantes, garantizando además la conservación del elemento arquitectónico principal. Entre las mejoras realizadas se unificó el pavimiento, se soterraron los tendidos eléctricos y de telefonía, y se instalaron modernas luminarias que dan un carácter de lo más especial al lugar, devolviendo al Peto das Ánimas de Piñeiro y su entorno todo el protagonismo que se merecen.