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Aumentan las intoxicaciones alimenticias en Vigo: ¿Por qué son más frecuentes en verano?

El servicio de urgencias del hospital vigués Ribera Povisa ha advertido de que las altas temperaturas y los descuidos en la higiene de manos podrían ser las principales causas de estas intoxicaciones
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Cuando llega el verano y, sobre todo, las vacaciones, comenzamos a descuidar nuestra alimentación porque comemos más fuera de casa, salimos más con amigos, en definitiva, estamos más tiempo preocupándonos por la diversión que por la dieta. "Es verano, en septiembre volvemos a la rutina", pensamos, pero a veces este descuido juega malas pasadas.

Porque con el relax de las vacaciones llegan también las prisas, la necesidad de aprovechar los días al máximo y, por supuesto, los tuppers en la playa. Una ensalada o un bocadillo "de cualquier cosa" son buenas opciones para asegurarnos de no pasar hambre y de no comer todos los días en el chiringuito, que no suele ser la opción más saludable (ni la más barata en muchos casos). Aquí es donde se encuentra el problema: las prisas y la comida no combinan bien.

Así lo ha advertido el doctor Ángel Martín Joven, jefe del servicio de urgencias del Hospital Ribera Povisa, que alerta del aumento de intoxicaciones alimenticias en verano en Vigo (y en general en todo el país): "una de las entidades más frecuentes durante la época estival son las intoxicaciones alimentarias", indica el doctor Martín.

Las causas, según él mismo dice, suelen ser "el calor no controlado sobre los alimentos, por dejarlos al sol o en ambientes con temperaturas elevadas, y la mala manipulación, al romper la cadena de frío o descuidar las medidas de higiene de manos y utensilios". Todo esto, evidentemente, puede ocurrir en una excursión a la playa, al campo o a cualquier espacio diferente a una vivienda o restaurante con nevera y agua corriente.

Las recomendaciones de los expertos

Una mala conservación o un mal cocinado de los alimentos pueden ayudar a la proliferación de bacterias como la Salmonella, el Campylobacter, o el E. Coli o Listeria, "produciendo síntomas como náuseas, vómitos, dolor abdominal, diarrea, malestar o fiebre".

Por eso es importante tener en cuenta las recomendaciones de los expertos en manipulación de alimentos, que hablan de la correcta conservación de lo que vayamos a comer por debajo de los 5 grados y su cocinado por encima de los 65 grados. "Las bacterias se multiplican más fácilmente con temperaturas entre los 5 y los 65 grados y, por lo tanto, es aconsejable mantener los alimentos en el frigorífico por debajo de los 5 grados, y en el caso de comidas calientes, cocinarlas por encima de los 65 grados", asegura Martín Joven.

También es importante mantener una correcta higiene de manos y utensilios de cocina, tareas simples que prevendrán cualquier contaminación. "Asimismo, se deben lavar bien todas las frutas y verduras, evitar los productos lácteos no pasteurizados, la ingesta de pescados crudos y cocinar bien los huevos". En este último punto, además, hace especial hincapié en el error que muchos cometen de lavar con agua fría los huevos antes del consumo, "tampoco se pueden usar huevos con roturas parciales", pues en ambos casos estaríamos expuestos a consumir cualquier bacteria que se encuentre en la cáscara. "Siempre, en caso de duda, se debe desechar el alimento", señala.

Por otro lado, advierte de que hay personas especialmente propensas a sufrir intoxicaciones alimentarias que revistan una mayor gravedad, que son los niños pequeños y los ancianos, las embarazadas y las personas con el sistema inmune debilitado, ya sea por enfermedades crónicas o por tratamientos como los que se administran para el cáncer o algunas enfermedades autoinmunes. "Esto no quiere decir que los adultos jóvenes y sanos estén exentos de riesgo y de sufrir una enfermedad grave", por lo que recomienda encarecidamente que se sigan las recomendaciones en cualquiera de los casos.

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