El valor de los jóvenes empresarios ante el COVID

Este ha sido un año más que complicado para el mundo empresarial, a nuestros habituales problemas con los que luchamos año a año como pueden ser la burocracia, las cargas tributarias o el acceso a la financiación, nos encontramos con una crisis social y económica como nunca habíamos vivido.

En marzo del año pasado nos dijeron que íbamos a tener un confinamiento duro pero que luego llegaría la famosa recuperación en V, después de eso sufrimos una segunda ola, una tercera ola y seguimos sin tener vacunas suficientes, ahora a unas horas de finalizar el estado de alarma aún no sabemos lo que va a suceder.

Para paliar las pérdidas que hemos sufrido es cierto que hemos recibido ayudas de concellos, diputaciones y autonomías, pero han sido insuficientes, representan un porcentaje ínfimo respecto a las pérdidas que hemos sufrido y seguimos esperando las ayudas del gobierno central que aún no sabemos cuándo llegarán y, sobre todo, cuando se cobrarán.

Hemos sufrido además inseguridad jurídica, normas que contradecían otras, notas aclaratorias, prórrogas de ERTE aprobadas días antes de finalizar, BOEs a altas horas de la noche. Hemos tenido que endeudarnos, en el camino se han quedado compañeros empresarios y empresarias que no han podido reconvertirse o que no han tenido los recursos para aguantar…

Pero si hay algo que ha permanecido constante son los empresarios y emprendedores, levantándose cada mañana para sacar adelante su proyecto, trabajando e innovando para adaptarse a esta nueva situación y preocupados tanto por su futuro, del que muchas veces dependen varias familias, como cuando su empleados no cobraban los ERTE.

Porque si hay algo que caracteriza a las jóvenes empresarias y empresarios es esa conciencia social. Sin dejar de lado los beneficios debemos estar concienciados en aspectos como la RSE, la Igualdad, la innovación, el desarrollo, en aportar a la sociedad parte de lo que la sociedad nos ha dado, en convertirnos en el motor económico que transforme a Galicia como país que tiene por delante retos de gran calado y complejidad como pueden ser el emprendimiento femenino, la transformación digital o el desarrollo del medio rural.

De cara al futuro debemos acelerar todos esos cambios que ya veníamos desarrollando con la oportunidad que representan los fondos europeos que esperemos que lleguen pronto y que se vean reflejados en la economía real si queremos convertirnos en un país emprendedor, porque un país sin empresas no puede salir adelante.

El empresario debe ser ese elemento constante y transformador que afronta los retos y se adapta a ellos sin pensar en renunciar. Necesitamos dotar a la economía de la estabilidad que genere un clima favorable para los negocios y la creación de oportunidades porque no hay mejor política social que la creación de empleo

Muchas gracias por estar hoy aquí y mucha suerte.