Multitudinaria manifestación en Vigo en defensa de la sanidad pública
Miles de personas han acudido esta tarde a la manifestación convocada por la plataforma SOS Sanidade Pública en Vigo, bajo el lema 'Salvemos a atención primaria. Recuperemos a sanidade pública'. Según la propia organización, se reunieron en las calles de la ciudad más de 20.000 personas, que han recorrido las calles de Pizarro, Gran Vía, Urzáiz y Colón.
Con esta movilización, decía la plataforma en su convocatoria, se quiere instar la Consellería de Sanidade a "implantar de forma inmediata de una atención primaria digna, con profesionales suficientes para atender con tiempo a los y los pacientes, así como una atención hospitalaria con capacidad para atender al 100% de la ciudadanía sin insoportables listas de espera".
Otras de las demandas pasan por la adopción de las medidas estructurales precisas para tener una contratación digna "que permita ofrecer una atención sanitaria de calidad y por la contratación de más personal", así como acabar con la precariedad laboral aplicando un Plan de Mejora de la Atención Primaria "que redimensione los equipos multidisciplinares para dar cobertura a las necesidades de salud de la población".
Al final de la manifestación, frente a la delegación viguesa de la Xunta de Galicia, la representante de los trabajadores de la sanidad pública del área sanitaria de Vigo, representantes de SOS Sanidade Pública de Vigo y de Moaña han leído el manifiesto, en el que se ha asegurado que "esta precarización favorece la privatización y la desprotección de las personas con menos recursos".
El alcalde, Abel Caballero, así como representantes de todos los partidos políticos con presencia en el Concello de Vigo, han estado presentes durante la manifestación y la posterior concentración frente a la Xunta.
El secretario xeral del PSdeG, Valentín González Formoso, ha constatado el "clamor" de la ciudadanía en la calle para "reclamar lo que realmente les importa". En ese sentido, ha lamentado que el sistema sanitario gallego adolece de "defectos graves" que llevan a esperas de hasta dos semanas para ser atendidos, a veces telefónicamente, y que incluso pierde expedientes de pacientes.
