Hoy se exhuma en Vigo el cuerpo de Déborah para aclarar si su muerte fue o no accidental
Después de 19 años de incertidumbre, la familia de Déborah Fernández-Cervera ha conseguido que se puedan volver a analizar los restos mortales de la joven. "Hemos pedido la exhumación del cuerpo para encontrar restos de ADN bajo las uñas de Déborah, prueba que no se recogió en su día y que todavía hoy podría inculpar al agresor", decía Ramón Amoedo, abogado de la familia en una entrevista a Treintayseis.
A pesar de que hayan pasado tantos años, Amoedo asegura que todavía puede demostrarse que Déborah se defendió y que en su cuerpo había signos de lucha. "La jueza todavía no considera que haya indicios suficientes para creer que Déborah fue asesinada", comentaba, por lo que este nuevo análisis podría ser clave para marcar la diferencia entre la muerte accidental y el asesinato.
La familia encargó un informe forense en el que se revisó la autopsia de la joven y que aseguraba que las posibilidades de que la muerte hubiese sido accidental eran "remotas". Por eso confían en que las nuevas pruebas aclaren las circunstancias de su muerte y se pueda citar a alguien a declarar en calidad de investigado, lo que paralizaría el tiempo de prescripción del delito.
Hace dos semanas que se autorizaba la exhumación, a lo que la familia respondía asegurando que mantiene "la esperanza de que este duro proceso pueda cerrar el círculo sobre la persona o personas que intervinieron en la desaparición, muerte y posterior manipulación y traslado del cuerpo de Déborah". A tan solo un año de que el caso prescriba, Rosa Cervera, hermana de la víctima, aseguraba que usarán "hasta la última pista para intentar saber la verdad y que el causante de tanto dolor pague por ello".
