El Español
Quincemil
Opinión
|
Tribuna Abierta

Las herederas que no querían reinar

La abogada y fundadora del grupo de mujeres profesionales Sumamos reflexiona sobre el legado de las empresas familiares y cómo el destino de algunas profesionales acaba, sin pretenderlo, ligado a aquello que ha sido parte de su vida. Otras, deciden abdicar
Marta Costas Iglesias
Por Marta Costas Iglesias

La única mujer soberana que quedaba en el mundo decidió abdicar. Lo hizo por sorpresa en su discurso de fin de año de 2023. Después de la muerte de la reina de Inglaterra, con 70 años en el trono, Margarita II de Dinamarca que reinó 52, decidió abdicar. Y no me sorprende la decisión, que está bastante ligada al signo de los tiempos, lo que me lleva es a pensar en la situación de aquellas mujeres llamadas a reinar y que sin embargo no quieren hacerlo. No me refiero a reinos de estados monárquicos, sino a nuestros reinos de cada día, las empresas en las que trabajamos, vivimos, disfrutamos y sufrimos.

Hay dos invitadas especiales de Sumamos que encarnan a la perfección ese espíritu de heredera sin vocación de serlo: Carmen Lence, CEO de Grupo Leche Río, y Adriana Domínguez, actual presidenta ejecutiva de Adolfo Domínguez. Empresas familiares gallegas que han tenido un liderazgo masculino muy distinto pero muy marcado por esa figura para ellas paterna; y con unas hijas que decidieron emprender la búsqueda de otros horizontes, otras vidas muy lejos del país. Tenían otras inquietudes y otros planes, pero como les sucede a todos los herederos, su destino era reinar.

Ellas que han vivido la empresa como paisaje de la infancia, que la ven como algo de la familia, sienten que es un legado que hay que continuar. Lo cierto es que en las empresas familiares se vive un grado de compromiso distinto a las demás; y esto cuando los resultados de las encuestas recientes sobre el compromiso de las personas con sus empresas son realmente alarmantes. Según el estudio realizado por Gallup en 2022 a nivel mundial, sólo el 9% de los empleados están en esa categoría ideal de trabajadores comprometidos con su empresa y que además prosperan. Intuyo que el gran logro de esas empresas familiares que ellas lideran está cuando pasan de ser familia a ser comunidad. Para eso necesitan tener líderes que transmitan con sus propios ejemplos vitales y que, como están haciendo Carmen o Adriana, definan su propia visión de esa nueva empresa, pero sin perder la esencia que las ha llevado hasta allí. Si a esto añades el empeño por crear valor de una forma honesta, que tenga impacto en su comunidad, o busque construir un mundo mejor, estás en el centro de la autenticidad.

Preciso citar a Xavier Marcet, cuya lectura recomiendo vivamente, “necesitamos una nueva etapa en el Management forjada en nuevos compromisos entre los principales actores de una empresa (clientes, accionistas y profesionales) y para con la sociedad. Necesitamos empresas en las que el compromiso no sea una heroicidad, sino el resultado natural de una dinámica inclusiva e ilusionante. Nuestras organizaciones requieren nuevas formas, pero sobre todo nuevas culturas basadas en nuevos compromisos”. Creo que mujeres como Adriana o Carmen, pero también otras invitadas como María Gómez- Franqueira (Coren), Cristina González- Babé (Babé Logística) o María Borrás (antes Artai y hoy Howden Iberia), son herederas de sagas empresariales, donde la empresa es parte de su propia vida, por lo que han aprendido cuando nadie se proponía enseñarles. Son herederas de la autenticidad y de los resultados mantenidos en el tiempo.

Empatizo con las reinas que deciden abdicar, con las herederas que renuncian a su destino, porque no lo hacen por capricho, y porque cuando asumen sus responsabilidades lo hacen con total compromiso y dedicación. Deseo que cuando nuestras invitadas terminen sus reinados, haya una primera ministra como Mette Frederiksen que les diga que ellas son "la personificación de Dinamarca y a lo largo de los años han puesto palabras y sentimientos a lo que somos como pueblo y como nación" (como empresa y comunidad). Larga vida a nuestras reinas.

Marta Costas Iglesias
Marta Costas Iglesias
Abogada en ejercicio desde el año 2000. Actualmente, Subdirectora de la Asesoría Jurídica y Cumplimiento del Grupo Nueva Pescanova. Vinculada desde sus inicios al asesoramiento de empresas, Asociada Senior de Restructuring & Insolvency en Deloitte Abogados y docente en la Universidad de Vigo. Fundadora en 2013 del Grupo Sumamos Red de Mujeres Profesionales, junto con Maite Torres, Teresa Mariño y Ana Fuentes. Con anterioridad también fue fundadora de la Asociación Executivas de Galicia.