Sevilla

Ignacio Sánchez Mejías, mujeriego, escritor y torero, fundó la generación del 27 hace 90 años. Rafael Alberti, Federico García Lorca, Juan Chabás, Mauricio Bacarisse, Jorge Guillén, José Bergamín, Dámaso Alonso y Gerardo Diego acudieron a la llamada del matador sevillano con biografía de astronauta del siglo XX, moteada por romances, textos, viajes, cornadas, muertes en el ruedo e inquietudes intelectuales.

Había algo extraño en él, cebo para la cultura, una atmósfera. Carlos Morla, amigo de Lorca, con quien mantuvo una estrecha relación -el poeta escribió Llanto por Ignacio Sánchez Mejías- decía de él que era "un macho espléndido, una curiosa mezcla de hombría violenta y charme casi femenina; es brusco, quizá un poco duro, pero al mismo tiempo también tierno y fino". Para Marcelle Auclair, que lo rechazó en París tras un affaire en España, era "la seducción misma".

El 300 aniversario de la muerte de Luis de Góngora fue la excusa perfecta. Hasta el Ateneo de Sevilla le siguieron los pasos ocho jovencísimas promesas de la poesía, vestidos de traje, inaugurando historial, a punto de brillar, ahuspiciados por Manuel Blasco Garzón y José María Romero Martínez. Ian Gibson cuenta, a través de Alberti, que la "idea de la visita y los fondos para que se hiciera posible partieron del torero [...] que actuó como anfitrión y mecenas de estos jóvenes gongorinos". La foto enmarcó en el tiempo al puñado de poetas.

La foto tomada el 17 de diciembre de 1927. De izquierda a derecha: Rafael Alberti, Federico García Lorca, Juan Chabás, Mauricio Bacarisse, los ateneístas José María Romero Martínez y Blasco Garzón, Jorge Guillén, José Bergamín, Dámaso Alonso y Gerardo Diego.

Casi un siglo después todo ha cambiado. Los toros no seducen nada, las aventuras las viven los toreros en sus propias fincas y la cultura huye hacia lugares más buenistas, sin crispación, a una zona a salvo de incorrección política.

Salvando las distancias, Perera, junto a la cátedra Sánchez Mejías, ha querido reducir los espacios este miércoles volviendo al Ateneo, dar el primer paso, conmemorando aquella velada literaria reuniendo a diez personalidades repartidas en diferentes ámbitos.

Esta vez han acudido a la cita Plácido Domingo, Carlos Marzal, premio nacional de poesía, Fernando Savater, filósofo, Javier Perlanes, músico, Elisio Summavielle, director de la Fundación Cultural de Belén, Florence Delay, actriz, escritora y miembro de la Academia de Francia, Juan Echanove, José Mercé, Carmen Calvo, Conchita Martínez, Beatriz Manchón, piragüista, Rubén Amón y Manuel Lombo, a los que el presidente del Ateneo, Manuel Máximo Pérez, con el boato familiar propio de la tierra, agradeció su presencia. Histórico su "gran persona" a Savater.

Perera: "Soy hombre de la cultura"

Y ha habido otra foto "que pretendemos histórica, un retrato de la cultura de nuestro tiempo", ha dicho el presentador del acto. Después de posar  con los convocados, Perera ha explicado que "el espíritu común de aquellos hombres todavía late. Son ellos los homenajeados". A los invitados les ha dicho que son "el referente de la cultura actual".

"Como torero soy hombre de la cultura también", ha señalado el matador. Perera ha aprovechado para anunciar la donación de "los honorarios de una de mis tardes de la próxima temporada a un proyecto de investigación de la Universidad de Sevilla", para, ha dicho, "dar a la sociedad parte de mi trabajo y devolver el legado de los hombres y mujeres del 27". En ese momento, Juan Carlos Gil, director de la cátedra, ha gritado "ole". 

Santiago Muñoz Machado, miembro de la Real Academia, ha justificado su ausencia a través un vídeo. "Varios académicos somos aficionados a los toros. Envidio no estar allí hablando de toros y literatura".

Carmen Calvo, a los toreros: "Os tenéis que involucrar más"

"Es increíble el grupo aquí representado", se ha asomado Plácido Domingo, que ha recordado cómo surgió todo, "con una tertulia muy especial en julio". Ha repasado las tardes que recuerda y vio en la México. "Soy un gran fan de los toros".

"Reconocieron la esencia del toreo", ha evocado a los viejos poetas, "como un símil que refleja el alma y el ser español: quedarse quieto ante la muerte", ha descubierto el tenor.

Carmen Calvo ha reconocido como "generosa y feliz" esta iniciativa. "Este es un acto que hace justicia". Ha confesado que no "ha contribuido a la cultura", pero sí la ha "reivindicado siempre". Ella era una de las cuatro mujeres que "actualizan la foto".

"Los toreros sois también poetas. Tenéis que haceos más presentes en la cultura", ha avisado. "Es que hacéis lo mismo que el resto de artistas. Aunque lo vuestro sean palabras mayores. Os jugáis la vida, y la vida es libertad".

"Os tenéis que vincular más", ha insistido Calvo. "Formáis parte de la explicación de la de la vida".

El pianista Francisco Soriano y la tenor Berna Perles han interpretado dos poemas de Lorca. Juan Echanove ha saludado una fuerte ovación tras recitar Llanto, donde según Gibson el poeta fusilado es consciente, "tiene una premonición", de su propia muerte. "Cuando el sudor de nieve fue llegando/ a las cinco de la tarde,/ cuando la plaza se cubrió de yodo/ a las cinco de la tarde, /la muerte puso huevos en la herida/ a las cinco de la tarde".

La comitiva se ha desplazado después tirando del hilo de la generación del 27 a la finca de Pino Montano, lugar de esparcimiento de Joselito el Gallo, que después compró Sánchez Mejías.

Allí se ha celebrado una cena benéfica, igual que entonces cenaron los invitados del matador sevillano. Los fondos se destinarán a la Universidad.

Poetas y aficionados

En aquel grupo había poetas y escritores olvidados, Chabás, Macarisse. Jorge Guillén y Dámaso fijaron la época. Otros completaron su trayectoria brillante escribiendo a los toros: La música callada del toreo (Bergamín), La suerte o la muerte. Poema del toreo (Gerardo Diego), Corrida de toros (Rafael Alberti) u Oda al toro de lidia: "Tu boca de materia machacada/ dejaba por la brisa del verano/ lacre de luz y zumo de granada" (Lorca). Convivieron en el tiempo, como ha escrito Juanma Lamet, la Edad de Plata de la poesía y la del toreo. Una conjunción que enriqueció las dos orillas.

El equilibrio lo dibujó Sánchez Mejías, comparando  a Lorca y Alberti con Belmonte y Joselito. Lo evoca Guillén. "Rafael Alberti fue el poeta preferido de Sánchez Mejías [...] juzgaba paralelos a Belmonte y Lorca, a Joselito y Alberti: los primeros con su poderoso 'yo' romántico, triunfan magníficamente, irregularmente, mientras los otros dos, atentos a las esencias y a las formas, se atienen con todo rigor a las condiciones de la lidia".

La influencia de la tauromaquia en sus obras es evidente, y al revés, convertidos algunos de ellos, por perversión, en argumento. La desmitificación es horrible, utilizados como los independentistas han hecho con el tesoro de Sijena. Los lorcas y albertis se han esgrimido en todos los debates casi sin conocerlos.

"España es el único país donde la muerte es el espectáculo nacional [...] parece como si todo el duende del mundo clásico se agolpara en esta fiesta perfecta, exponente de la cultura y de la gran sensibilidad de un pueblo", pronunció Lorca en su discurso en la Sociedad de Amigos del Arte de Buenos Aires en 1933. Frases en las que el adjetivo perfecto es esencial.

De las corridas de toros pensaba que "es el único sitio donde se va con la seguridad de ver la muerte rodeada de la más deslumbradora belleza". Lo dijo en una entrevista al periódico El Sol, donde quedó escrita su frase más famosa convertida, ochenta años más tarde, en tópico. "Creo que la de los toros es la fiesta más culta que hay hoy en el mundo".