Una mujer de 66 años entró ayer en una sucursal bancaria de Gijón, poco después de la hora de apertura y se dirigió a la mesa de una de las cajeras. Sin decir nada ni inmutarse, le dejó una nota en la que se podía leer: "Entrégame todo el dinero sin decir nada a tus compañeros, si no entrarán mis hermanos y habrá heridos". 

Tras leer la nota, la trabajadora no dudó en preguntarle a la mujer si la amenaza era real. Ella le recomendó que se limitara a seguir las instrucciones que le había proporcionado. Entonces, la cajera no dudó en activar la alarma para alertar a las fuerzas de seguridad. "La empleada leyó el escrito, preguntó si se trataba de una amenaza real y la mujer, sin dar más explicaciones, le dijo que se limitara a hacer lo que ponía la nota porque si no lo hacía, entrarían sus hermanos que estaban esperando fuera", han apuntado fuentes de la Comisaría a través de un comunicado. 

Como informa El Comercio de Gijón, cuando los agentes de la Policía Nacional se presentaron en el lugar, la mujer ya había sido retenida por la propia trabajadora y sus compañeros. La llevaron hasta un lugar apartado de la oficina para evitar que el resto de los clientes se vieran afectados. Allí esperaron la llegada de los agentes. Cuando la Policía se personó en la sucursal, se hicieron cargo de la mujer -que tenía antecedentes por hurto-, que fue detenida y trasladada a los calabozos de la Comisaría de la Policía Nacional a la espera de pasar a disposición del juzgado. 

Otra de las oficinas de la misma avenida fue escenario hace dos años de un atraco en el que el delincuente retuvo a los empleados. Incluso fue necesaria la intervención del mediador de la Policía Nacional para conseguir que se liberasen a los rehenes

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