Roberto N.M, de 39 años, vivía con sus padres en el barrio de Campamento de Paterna (Valencia). La convivencia era difícil y, tal y como han comentado sus vecinos, "una bomba de relojería que podía explotar en cualquier momento". Y así sucedió la pasada madrugada del sábado 31 de agosto. Su padre, de 66 años y con un fuerte carácter que se tornaba violento cuando bebía, acabó con su vida de una certera cuchillada en el pecho, a la altura del corazón, tras una nueva pelea entre hijo y progenitor en el domicilio familiar.

El padre tenía graves problemas de alcoholismo y la víctima de drogodependencia. Asimismo, ambos tenían antecedentes por violencia intrafamiliar y otros delitos, y tanto la Policía Nacional como la Policía Local de Paterna había tenido que intervenir en numerosas ocasiones por altercados y agresiones mutuas.

Como publica el Diario Levante, a finales del pasado mes de junio los dos acabaron detenidos por una nueva pelea y se dictó una orden de alejamiento. Reproches cruzados por el trato que el sexagenario tenía con su mujer y su alcoholismo, y de él hacia su hijo por sus continuas recaídas en la droga y por no "dar palo al agua", eran la tónica general en la casa, según relatan fuentes vecinales que escuchaban a menudo los gritos y discusiones entre ambos. "Muchas veces era también por cuestiones de dinero porque el hijo no encontraba trabajo y el único dinero que entraba era la paga del padre", argumentan estas mismas fuentes.

Por su parte, Amparo, madre del fallecido y esposa del detenido como presunto autor del parricidio, "estaba entre dos bandos y no quería decantarse por ninguno", añade esta vecina, quien apunta que la mujer de 67 años siempre ha vivido supeditada a lo que decía su marido y al cuidado de su hijo aunque tuviera ya 39 años.

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