El Gobierno, en su plan de desescalada hacia la “nueva normalidad”, consistente en cuatro fases, abrirá los centros educativos durante la fase dos (el 25 de mayo, en el mejor de los casos) para todos aquellos padres que estén obligados a volver al trabajo de forma presencial y no tengan con quién dejar a sus hijos. ¿El problema? La medida sólo incluye a los críos hasta seis años. “¿Y el resto, qué hacemos?”, se pregunta Liliana, madre de un niño de ocho, indignada tras el anuncio de Pedro Sánchez.

La duda –o más bien el enfado– es comprensible, desde todos los frentes. “Es injusto. Si abren los centros, que lo hagan para todo el mundo, y si no, que no lo hagan para nadie”, se queja Pedro José Caballero, presidente de Concapa (Confederación Católica Nacional de Padres de Familia), en conversación con EL ESPAÑOL. “No entendemos la medida. ¿Es que las familias con niños mayores vamos a poder conciliar? Las administraciones tienen que facilitarnos la vida porque nos va a costar”, añade Leticia Cardenal, presidenta de Ceapa (Confederación Española de Padres de Alumnos).

Sin embargo, a pesar de la incomprensión por parte de la comunidad educativa, el Gobierno le va a plantear a la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) el refuerzo de todas las actividades que permitan la conciliación con el fin de establecer “determinadas excepciones para que en la fase dos aquellos niños que no tengan presencia familiar en sus casas tengan la capacidad de poder ir a un centro escolar”. Sin embargo, la medida, según anunció Pedro Sánchez, será tan solo para los menores de seis años.

Los niños de hasta 6 años podrán volver al colegio si sus padres trabajan desde la fase 2: el 25 de mayo

El enfado de Lili

Liliana es una de esas madres ‘abandonadas’ por el Ejecutivo: ella, camarera, y su pareja, jefe de cocina en un hotel, están en un ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo). “Y todavía no hemos cobrado nada del Estado”, se queja a EL ESPAÑOL. “Nosotros estamos viviendo de alquiler en Lluchmayor (Mallorca) y tenemos que pagar facturas, etc”. Es decir, ahora mismo, no tienen otra alternativa que esperar.

El confinamiento, eso sí, lo viven con preocupación. “Tenemos un niño de ocho años y estamos estresados, entre deberes, llamadas que nos reclaman pagos… Pues claro, te agobias, le das muchas vueltas… Esta situación nos sobrepasa”, lamenta, impotente. Sin abuelos cerca del hogar familiar o cualquier persona con quién poder dejar a su niño.

Niños a la entrada de un colegio EFE

Pero, a todos estos problemas, se ha sumado el anuncio del Gobierno de que abrirá los colegios para los menores de seis años. “¿Y yo, con el mío, qué hago?”, espeta, indignada. “Si me llaman para trabajar no puedo dejarlo y tampoco tengo posibilidades económicas para pagarle una escuela donde poder llevarlo”, prosigue, enfadada.

“Cuando lo escuché, no sabía si reír o llorar…”, lamenta. Liliana no entiende ni esta medida, ni la de la semana pasada. “Fijaron la edad de 14 años en salir y al resto les dejaban ir al supermercado. ¿Tú crees que si yo tengo un niño de 15 le voy a dejar ir solo? Yo no lo veo, la verdad”, se queja. Con una única esperanza: que contar su situación sirva para que el Gobierno cambie de rumbo en los próximos días.

Indignación general

Ceapa espera que el Gobierno, en los próximos días, rectifique o haga alguna matización. “Hay que ver cómo se hace finalmente. No entendemos que se deje fuera a los mayores de seis años”, reconoce Leticia. “Hay muchas familias que no tienen con quién dejar a los niños. Es necesario que nos den facilidades”, insiste.

Pero, claro, saben que la medida sólo se llevará a cabo si Sanidad lo permite. “Eso es lo más importante. Si no, no hay nada que hacer”, espeta. Porque para que los niños puedan acudir al colegio será necesario que España camine en buena dirección hacia la segunda fase del total de cuatro que tiene previsto llevar el Gobierno hasta alcanzar el desconfinamiento total a finales de junio. De lo contrario, ni los menores de seis años ni los mayores acudirían a los centros.

“Y el problema es que no se puede dejar a los niños con los abuelos. Vamos a tener un problema de conciliación. Eso está claro”, replica Pedro José Caballero, de Concapa. Por eso, piden al Gobierno que aumente el rango de edad y que deje elegir a los padres si quieren llevar a sus hijos a algún centro educativo o no.

Septiembre

Más allá de la polémica por edades, Pedro Sánchez anunció también, en su rueda de prensa en Moncloa, que el curso terminará en junio a distancia y que se pondrá en marcha en septiembre. “En ese sentido, nos parece bien que se haya comunicado eso: quita la incertidumbre a los padres y nos dejan tranquilos".

A partir de ahí, desde Concapa le piden al Gobierno que el “Estado tenga una normativa y una serie de medidas y sugerencias generales para todo el territorio nacional para que sepan cómo atenerse a conciliar vida familiar y laboral” ante la situación que está por venir. Empezando, obviamente, por aumentar ese rango de edad.

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