Después de que el examen de Matemáticas de la Comunidad Valenciana cosechase más de 45.000 firmas para "buscar una solución" debido a su "excesiva dificultad" -según quienes firmaron-, y después de que los estudiantes andaluces hiciesen lo mismo, surge una nueva polémica: la comparación entre el examen de Historia de Madrid y el de Andalucía.

Con razón o sin ella, lo cierto es que es llamativo la simpleza de los enunciados andaluces frente a los madrileños. Tres dobles preguntas (una breve y otra sobre la que ampliar) sobre tres temas distintos, además del tema a desarrollar, es lo que se exige en la evaluación de acceso a la universidad a los estudiantes del sur de España.

Teniendo en cuenta que todos los exámenes duran 90 minutos, podría resultar lícito pensar que se exige más en el centro de la Península Ibérica: cuatro cuestiones a elegir entre seis, con una extensión recomendada de 10 líneas, una fuente histórica sobre la que reflexionar y analizar previamente antes de lanzarse a escribir y un tema a desarrollar (al igual que en Andalucía) o un comentario de texto.

Opción 'A' en Madrid

Opción 'B' en Madrid

Opción 'A' en Andalucía, Ceuta, Melilla y centros en Marruecos @CFMSevilla

Opción 'B' en Andalucía, Ceuta, Melilla y centros en Marruecos @CFMSevilla

Ateniéndonos a la forma del examen, los madrileños podrían llevar razón en sus argumentos al creer que el examen andaluz tiene preguntas directas, que quizá no requieran de tanta reflexión, y que se puede destinar más tiempo a responder cada pregunta, al ser únicamente cuatro frente a las seis de Madrid.

Pero, por contraposición, los estudiantes andaluces podrían quejarse de la falta de opciones para puntuar al no poder escoger dentro de sus preguntas cortas, o de que ellos no cuenten con preguntas en las que se exija interpretar más que contar hechos, como lo son las preguntas de 'Fuente' o 'Comentario de texto'.

En cuanto al contenido, es difícil elegir qué examen puede resultar más sencillo. Abarcando el mismo temario, el andaluz abarca preguntas de un periodo temporal más corto (desde el siglo XIII en adelante para la opción 'A' y desde el año 1700 en adelante para la opción 'B'), mientras que el madrileño exige al estudiante conocerse la plenitud del temario (desde los pueblos prerromanos).

También es cierto que, excluyendo la pregunta céntrica de ambos exámenes ('Tema'), las preguntas andaluzas son mucho más directas que las madrileñas. 

Afirmar que uno sea más sencillo que el otro dependerá de cada estudiante, de lo que haya estudiado y de sus preferencias a la hora de encarar un examen de historia.