El cambio de gobierno en Andalucía se está materializando, sobre todo, en el ámbito de la educación. Javier Imbroda, su Consejero de Educación y Deporte, ha abandonado los despachos y ya ha recorrido cinco de las ocho provincias que componen la comunidad para, según él, conocer de primera mano la situación que viven los colegios e institutos andaluces. Durante un foro celebrado este viernes, ha dado a conocer las primeras medidas que tomará para corregir la "situación de emergencia educativa que vive Andalucía".

Quizás no sea la medida a la que más importancia ha otorgado, pero seguramente sí la más llamativa: Imbroda ha anunciado que va a imponer una hora de deporte diaria al inicio de cada jornada lectiva. Con esta medida, el exseleccionador de baloncesto pretende mejorar la salud y el bienestar de los menores, además de fomentar la integración social y la igualdad de género.

Esta medida enlaza directamente con otras que ya anunciaron con anterioridad, como convertir la asignatura de Educación Física en materia troncal o crear espacios deportivos, como polideportivos, en todos los colegios. Es de vital importancia, para el grupo naranja, implementar campañas de prevención de la obesidad y el sobrepeso.

Las medidas que el Consejero pretende aplicar en Andalucía se sustentan sobre dos grandes pilares: mejorar la preparación de los alumnos y la de los docentes. Ambos, enmarcado en un soñado pacto educativo extrapolable al país. "Durante mucho tiempo los partidos lo han buscado, pero desde los despachos. Hay que salir y recorrerse las ocho provincias para saber qué se quiere y a partir de ahí elaborar las bases para un acuerdo entre todos", ha explicado.

Sin dar muchos detalles, ha adelantado alguno de los puntos que pretenden modificar, añadir o eliminar, como la separación en distintos centros de los ciclos de primaria y de secundaria, sobre la cual y según las palabras de Imbroda, provoca que las familias tengan que enfrentarse a varios cambios de centros durante la escolarización de sus hijos, en detrimento de la enseñanza concertada, donde no ocurre esto.

Ha adelantado que su departamento va a entablar conversaciones con las universidades "para mejorar el grado de docencia", ya que -según él- "no todo el mundo vale para dar clases". De manera enfática, ha puesto especial énfasis en que la enseñanza debe contar con un alto dominio del inglés.

Pero la medida de la que más orgulloso se ha mostrado es de la creación de un programa de refuerzo educativo, que se pondrá en marcha este verano, para combatir el riesgo de abandono escolar que sufren "más de 240.000 alumnos andaluces". Se trata de un programa veraniego para incidir en competencias de matemáticas, lectura e inglés, y sobre todo está orientado para los cursos de primaria. La Junta pretende establecer dos grupos y que cada uno de ellos tenga una duración de 15 días. Este programa, preparado para acoger 100.000 plazas, solo ha recibido la solicitud de 3.000 familias, hecho que ha provocado la crítica entre los distintos partidos de la oposición.