La organización de protección de los consumidores FACUA ha denunciado este martes a la filial española de Apple. El motivo es un cable que tienen los ordenadores Mackbook Pro que se rompe con facilidad y cuya reparación obliga al consumidor a gastar más de 500 euros

Según la organización, esto afecta a los modelos posteriores al año 2016. El cable de conexión con la pantalla se desgasta cada vez que se abre o se cierra y “su arreglo requiere la sustitución completa del monitor”, han asegurado desde FACUA a través de un comunicado. 

La sustitución exclusivamente del cable, cuyo coste puede llegar a los cinco euros, no es posible debido al diseño y a la manera en la que está conectado. Así, se hace obligatorio cambiar toda la pantalla para poder instalar un cable nuevo.

La denuncia ha sido puesta ante la Dirección General de Comercio y Consumo de la Comunidad de Madrid. La organización cree que la marca podría estar incurriendo en un caso de práctica comercial desleal ya que obtienen beneficios por la reparación de unos defectos provocados por el diseño. 

“Dicha conducta podría suponer una grave lesión al interés económico de los consumidores debido al alto precio de la reparación, si se tiene en cuenta además que es un defecto que puede surgir en la totalidad de los equipos”, han defendido desde FACUA. 

No es la primera vez que la marca creada por Steve Jobs se enfrenta a este tipo de denuncias. El año pasado, Apple y Samsung ya fueron condenadas en Italia por prácticas comerciales injustas en cuanto a la obsolescencia programada. Fue la primera condena sobre la obsolescencia programada y Apple fue condenada a abonar una multa de 10 millones de euros en Italia. 

La obsolescencia programada es la práctica que consiste en hacer productos defectuosos o limitar su vida de manera deliberada para obligar a su sustitución. Ya en Estados Unidos este tema trajo cola cuando se descubrió que Apple limitaba la vida de las baterías de los iPod.