Las claves
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Andrés y Víctor son la tercera generación de pescaderos de su familia. El primero fue su abuelo, que consiguió abrir un pequeño puesto de dos metros cuadrados en el Mercado Central de Atarazanas. Luego su padre, que dirigió el negocio hasta la pandemia, y ahora ellos.
Estos hermanos malagueños estuvieron a punto de cerrar durante el COVID, pero supieron reinventar su negocio a través de las redes sociales y con mucha gracia han hecho de su pescadería una de las más famosas de España.
Ahora se enfrentan a los retos del éxito: "Con Facebook empezamos a vender a nivel local. Repartíamos nosotros mismos 30 pedidos diarios más todo el trabajo de la pescadería. Eso fue un 'boom'", confiesa Andrés en una entrevista.
De casi perderlo todo a triunfar
Cuando llegó la pandemia muchos autónomos perdieron su género fresco: "Mi padre montó la mesa, se gastó 2000 - 3000 € en lo que es el día a día de llenar la mesa de pescado y todo fue a la basura", explica Víctor.
La pandemia obligó a la mayoría de negocios a cerrar por precaución. Cuando pudieron abrir su pescadería, Andrés y Víctor no tenían apenas clientela porque está situada en una zona poco residencial y la gente no acudía a comprar.
Con ayuda de un amigo empezaron a lanzar anuncios en Facebook para remontar el vuelo. Se dieron cuenta del potencial que tienen las redes para vender pescado. Los pedidos iban en aumento y decidieron hacer vídeos en Instagram y TikTok para darse a conocer.
"Con las redes sociales tenemos algo que gusta, yo creo que es la naturalidad. La gente va al mercado a vernos y a comprarnos, les gusta el trato con nosotros", presume Andrés. La pescadería de los hermanos acumula más de 90 mil seguidores entre Instagram y Tik Tok.
El producto que más venden es una gamba blanca del Mediterráneo con un precio muy económico. Venden 50 kilos de solo este producto diariamente y en total tienen 30 productos en la mesa.
En Navidad, con la subida de precios, destacan que los productos que más margen de beneficio dan son los exclusivos. En este caso los carabineros. Con las redes han conseguido mantener las ventas todo el año y superar la estacionalidad habitual.
No obstante, la Navidad es fundamental para su pescadería: "Supone el 70% de la facturación aproximadamente. Un mes de Navidad equivale a 4 o 5 meses normales de ventas", confiesan Andrés y Víctor.
El año pasado, en menos de un mes, vendieron casi tres mil kilos de patas de cangrejo de Namibia para Navidad. Un producto muy cotizado en estas fechas y que aseguran que siempre prueban antes de comprarlo para luego ofrecer a sus clientes la mejor calidad.
