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Las claves

Montar un estanco en España siempre ha tenido fama de ser un negocio seguro, de esos que "dan dinero sí o sí".

Muchos autónomos lo han visto como una oportunidad para vivir tranquilos y con ingresos estables.

Sin embargo, cuando uno se pone a mirar las cuentas de verdad, la cosa cambia bastante.

Así lo cuenta este autónomo, muy conocido en redes sociales, que como buen emprendedor decidió investigar a fondo cómo funciona este tipo de negocio.

"Tengo aquí delante el informe de cuánto costaría montar un estanco en este país. Tengo aquí todos los datos, la ficha, el entorno, el modelo de negocio, porque era un tipo de negocio que siempre me había parecido interesante", comienza explicando en su cuenta de Tiktok.

Y es que durante años, al igual que muchos otros empresarios, pensó que era una apuesta segura y que "con esto te haces millonario", admite.

Pero al revisar todo lo que hacía falta, su opinión fue todo lo contrario. "La inversión mínima de la que hablamos es de 200.000 euros", una cifra que ya echa para atrás a cualquiera. A eso hay que añadir gastos de notaría, permisos, horarios que no se pueden modificar y muchas normas que cumplir.

Sin embargo, a este punto se suma algo que muchos no saben. Y es que los estancos funcionan con una concesión del Estado, y esa concesión tiene fecha de caducidad, "no te lo puedes quedar de por vida", comenta.

Y es al ver los beneficios reales cuando llega la sorpresa. Hay estancos que mueven muchísimo dinero, pero el margen que queda al final es muy pequeño.

"En este caso, por ejemplo, de un municipio cercano llega a facturar 1 millón de euros, pero es que el problema llega cuando vas a ver los beneficios y se queda en unos 37.000 euros después de impuestos", señala.

"Cuando te pones a ver los números es un autoempleo, no haces un buen negocio, y esa es la realidad", concluye.