Las claves
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Al igual que otros sectores como la agricultura o el vino, España es un país con una gran industria cárnica, especialmente porcina, ovina y caprina.
No obstante, frente a los grandes supermercados, las carnicerías de barrio se van esfumando poco a poco de los vecindarios. Un problema que se acentúa ante la falta de relevo generacional en el sector.
Así, Tomás, carnicero con 30 años de experiencia, lleva su propio negocio junto a su esposa Ana y su hijo David. Pese a que gozan de especial éxito, el camino no fue fácil y entendieron la gran dificultad de emprender en el sector.
Objetivo: carnicería en España
Se estima que en los últimos años han cerrado entre un 20% y un 30% de carnicerías tradicionales. Una de las grandes causas detrás de este problema es que los hijos de los dueños no quieren seguir por lo que no queda otra opción que bajar la persiana.
Es decir, la falta de relevo generacional es más que una realidad. Sin embargo, Tomás y Ana no han tenido ese problema. Después de varios intentos de salir adelante con su propio negocio, al fin están asentados y su hijo disfruta de la profesión. Tienen un relevo garantizado.
Sin embargo, la historia de esta pareja de carniceros emprendedores empieza mucho antes de su carnicería Manjares, tal y como contaron en el canal de YouTube de Adrian G. Martín.
"Nosotros salimos de la cadena de supermercados que nos íbamos a comer el mundo", rememoraba Tomás. "Salimos y nos fuimos a una carnicería muy antigua. Tenía muchos fallos y nos costó arrancarla. De hecho, no arrancamos. Nos arruinamos".
Pero ese primer fallo no les detuvo de volver a intentarlo. "Teníamos una deuda muy grande, teníamos una hipoteca y ya me había nacido el niño, ya tenía dos meses y nos surgió una oportunidad de coger una carnicería", afirmaba Ana.
"Pedían un traspaso, debíamos mucho dinero y a mí me daba mucho miedo. Pero como él es emprendedor, le dije: 'Vamos a luchar, vamos a intentarlo'. Y ahí iniciamos otra vez".
A partir de ahí, ambos se propusieron que esta vez saliese bien la carnicería y por eso evitaron los errores de su anterior proyecto.
"Económicamente no teníamos nada", apuntaba. "Negociamos la parte del pago con los propietarios que dejaban la carnicería y con mucha emoción y esfuerzo remontamos. La verdad que el barrio nos acogió bastante bien y los primeros años pudimos remontar la deuda, pagando en el tiempo que habíamos acordado con el propietario".
Después de tantos años, Tomás y Ana están más que asentados en su carnicería, ganándose a su clientela y vendiendo productos de la mejor calidad posible.
"El mundo de la carne es muy perecedero porque se va muy rápido y como no estés muy encima del negocio falla", reconocía Tomás.
Por su parte, Ana tiene claro que emprender con un negocio como una carnicería es algo complicado, pero que pudieron sobrellevar. "Cuando estás en la calle, estás solo. En un supermercado vienen, pero cuando estás en la calle tienen que venir por lo que estás ofreciendo, por lo que tienes...es muy difícil", afirmaba.
De cara al futuro de su carnicería, Tomás está tranquilo con que su hijo David esté interesado en la profesión. "Es un tema importante porque no se encuentra gente que quiera un trabajo que requiera tanto esfuerzo físico", aseguraba el carnicero.
"Nosotros hemos tenido suerte porque uno de nuestros hijos quiere seguir con el negocio. Cuando se acabe una generación sí que va a haber muchos problemas".
Asimismo, Tomás reconoce cómo la industria cárnica ha cambiado bastante desde que él decidió emprender con su negocio: "Hoy por hoy es un suicidio poner una carnicería".
"Con la inflación que hubo se ha disparado el coste, depende mucho del tamaño que quieras montar", reconocía. "Una de tamaño medio-pequeño por menos de 150.000 euros no la montas. Si quieres montarla bien. Piensa que la parte que nosotros sufrimos del frío a nivel industrial, es muy caro".
De hecho, tampoco le ve mucho futuro a las carnicerías de barrio. "La tendencia es que desaparezcan todas o el 90%, como el colmado desapareció en su día. Pero como no va a haber gente que las lleve, va a haber mucha falta de carnicería de barrio", contaba.
