Las claves
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En España existe un derecho laboral básico que, pese a estar recogido de forma literal en la ley, sigue siendo desconocido o interpretado de forma incorrecta por miles de trabajadores: las vacaciones anuales no pueden ser inferiores a 30 días naturales.
Así lo establece el artículo 38 del Estatuto de los Trabajadores: "El período de vacaciones anuales retribuidas, no sustituible por compensación económica, será el pactado en convenio colectivo o contrato individual. En ningún caso la duración será inferior a treinta días naturales".
Ese "en ningún caso" convierte este mínimo en un límite infranqueable: ni los convenios colectivos, ni los contratos individuales, ni ningún pacto privado pueden situarlo por debajo.
Posibles confusiones
Pese a que el artículo 38 es claro, el desconocimiento sigue siendo habitual.
La mayoría de los empleados cree que 22 días laborables son "solo" tres semanas y media, cuando en realidad esa cifra ya supera el mínimo legal, ya que equivale a más de 30 días naturales.
Otro error común es pensar que las vacaciones se reducen proporcionalmente cuando un trabajador está contratado a tiempo parcial.
Al tratarse de un derecho vinculado al tiempo de relación laboral, y no a las horas trabajadas, un empleado a media jornada tiene exactamente los mismos 30 días naturales que uno a jornada completa.
Por otro lado, uno de los puntos clave del artículo 38 es la prohibición de convertir los días de descanso en dinero.
El Estatuto es explícito al afirmar que el periodo de vacaciones es "no sustituible por compensación económica", salvo en el único caso permitido: cuando la relación laboral termina y existen días pendientes de disfrute.
La norma también obliga a establecer el calendario de vacaciones con cierta antelación. Según el mismo artículo, "el trabajador conocerá las fechas que le correspondan con dos meses de antelación, al menos, al comienzo del disfrute".
Esto impide, de forma tajante, que las empresas impongan fechas improvisadas o cambien turnos vacacionales sobre la marcha.
La realidad, sin embargo, sigue siendo distinta en muchos sectores. En hostelería, comercio minorista o servicios domésticos, es frecuente que los días se negocien oralmente sin referencia clara al marco legal.
En definitiva, treinta días naturales no son un privilegio ni un gesto de la empresa: son un derecho mínimo, establecido por ley, que protege el descanso y la salud de todos los trabajadores.
