Publicada
Actualizada

Las claves

El alquiler de habitaciones en España encara un cambio profundo. El Gobierno ha cerrado un acuerdo que redefine por completo este modelo, imponiendo límites estrictos que han encendido las alarmas tanto entre inquilinos como entre propietarios.

La medida, que forma parte de una nueva regulación de ámbito estatal, promete alterar un mercado que durante años ha funcionado como vía de acceso a la vivienda para miles de personas con menos recursos.

El experto inmobiliario Sergio Gutiérrez fue uno de los primeros en advertir el alcance del cambio. "Se acabó alquilar habitaciones en 2026. Tanto si eres inquilino que realquila habitaciones, como si eres propietario que las alquila o te dedicas al rent-to-rent, agárrate que vienen curvas y fuertes", alerta.

Un cambio de rumbo

Entre las medidas acordadas, sobresalen los límites de precios. "La suma de las habitaciones no podrá pasar del precio de índice", señala Gutiérrez.

Así, desde la entrada en vigor de la norma, la suma de lo que se cobre por cada habitación no podrá superar el valor de referencia del piso completo.

"También limitan todo tipo de cuotas, servicios, cánones, etc. El cobro de honorarios también lo deberá pagar el propietario", señala Gutiérrez.

De esta forma, no se podrán repercutir al inquilino cargos adicionales como servicios, cánones o tasas, incluidos los honorarios de gestión. La medida busca proteger al arrendatario, aunque podría reducir aún más la oferta.

El experto también advierte sobre un posible efecto social no previsto. Según él, el alquiler de habitaciones ha desempeñado una función esencial en España.

"El problema es que hasta ahora el alquiler de habitaciones era como un escudo social: quien no podía pagar un piso se iba a una habitación", afirma.

La gran incógnita, apunta, es qué ocurrirá con quienes dependían de esta modalidad. "¿Qué va a hacer esta gente ahora, okupar, vivir en chabolas...?", se pregunta.

La regulación aún debe concretarse, pero el mensaje es claro: tal y como se conocía, el alquiler de habitaciones tiene los días contados.

El mercado, especialmente para personas con menos recursos, se prepara para un giro de guion que podría transformar profundamente el acceso a la vivienda en España.