Cada mañana, Susana Romero se levanta con un solo objetivo en mente: sacar adelante a su familia. Está divorciada y, aunque su sueldo ronda los 2.000 euros al mes, la realidad es muy distinta a lo que parece.
El salario mínimo interprofesional en España está fijado en 1.184 euros al mes, un 4% más que en 2024, según datos oficiales del Ministerio de Trabajo.
Sin embargo, Susana explica que aunque tenga un "buen sueldo", se considera pobre "porque mis gastos fijos son de 1.800 euros al mes y tengo dos hijos que dependen de mí".
"No podría llevar a mis hijos al dentista"
El día a día de Susana es una lucha constante para cuadrar números. "Como gracias a una tarjeta de un supermercado. Compro fruta y carne los 15 días que tengo a mis hijos. Cuando no están, tiro de pasta y legumbres, que cuando cocino duran más", explica en El programa de Ana Rosa.
Estos pequeños detalles marcan la diferencia para poder alimentar a la familia de la forma en la que necesitan sus pequeños.
Sin embargo, los gastos no terminan ahí: "Tengo hipoteca, comunidad, gastos escolares, luz, agua y gasoil". Además, añade que una mujer acude a su casa para despertar a los niños antes de irse al colegio, lo que implica más gasto y esfuerzo.
Ante estas circunstancias, el acceso a servicios básicos como el dentista queda fuera de su alcance.
"No podría llevarlos. No tengo ayuda económica por parte del padre porque es custodia compartida", afirma Susana. En busca de apoyo, cuenta que "para tirar, vas donde la abuela para que te dé de comer y haciendo muchos números, pero para mí, el día 6 ya es fin de mes".
En su caso, al tener una 'buena nómina', no recibe ayudas para comedor, campamentos u otros gastos infantiles, dejando aún más ajustado su presupuesto familiar.
Cuando el salario no basta
Este testimonio es el reflejo de la realidad que vive cientos de miles de hogares en España, donde el salario no basta para cubrir las necesidades básicas.
La disparidad entre los ingresos y los gastos fijos, especialmente para familias monoparentales con hijos pequeños, genera un sentimiento de precariedad pese a contar con un trabajo estable.
Susana y Ana Rosa.
Expertos en economía social coinciden en señalar que el coste de la vida y el aumento de los suministros y productos básicos en España han superado la evolución de los salarios en los últimos años.
Por ello, más familias recurren a estrategias de ahorro como cocinar en casa, compartir recursos o acudir a redes familiares para poder llegar a fin de mes.
