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Las claves

Una de las situaciones que afectan al problema de la vivienda es el miedo que genera la okupación en los propietarios de los inmuebles.

Este fenómeno ha cobrado especial fuerza en los últimos años y ha generado bastante debate por la falta de apoyo por parte del marco legal y el largo período que toma que se pueda expulsar al okupa de la vivienda.

Así, el economista Pablo Gimeno analizó la situación en Y Ahora Sonsoles, señalando cómo afecta este problema a España.

La okupación en España

La okupación es la ocupación de un inmueble por parte de personas que no son propietarias ni tienen permiso del dueño para residir en él.

En España, este fenómeno puede abarcar desde individuos o familias en situación de vulnerabilidad a grupos organizados que buscan beneficiarse económicamente.

Los propietarios se ven afectados por el marco legal porque no pueden desalojar por su cuenta a los ocupantes. La ley obliga a iniciar un proceso judicial para recuperar la vivienda, que puede prolongarse meses o incluso años.

Durante ese tiempo, el dueño sigue siendo responsable de hipotecas, impuestos, suministros y mantenimiento, mientras los okupas permanecen en la vivienda.

Esta situación genera una sensación de indefensión y hace que muchos propietarios se sientan atrapados legal y económicamente.

De hecho, si bien España no es el único país con casos de okupación en Europa, sí que es uno en los que los propietarios más se ven afectados por la legislación y duración de los procedimientos judiciales para desalojar a los okupas.

"Lo primero es entender cuántas viviendas están okupadas", aseguraba Gimeno. "Estamos hablando de que en España hay 26 millones de viviendas, ya alcanza cerca del 1% las que están okupadas, crece a un ritmo del 7% las que están okupadas, es decir el negocio está llegando a más".

El economista comparaba a nuestro país con el resto de Europa: "Somos el único país en el que ocurre esto. Efectivamente está creciendo también en Francia y Alemania pero somos el único país con estas tasas por 100.000 habitantes".

Además, Gimeno no dudaba en cargar contra los políticos, el poco apoyo que hay sobre la ciudadanía a la hora de solucionar el problema de la okupación y la consecuencia de esto.

"Los políticos se ponen del lado de los okupas y esto tenemos que hacer un análisis", afirmaba el economista.

"El análisis es el siguiente: A España vienen 90 millones de turistas cada año. Dependemos mucho de los turistas y tiene que estar la Castellana limpia, Sol también, los restaurantes listos... Como estén viendo esto, el país de pandereta que somos... El 10% vienen a invertir, a comprar, a hacer negocios".

"Tú si vinieras a un país en el que no hay capacidad para mover las leyes de sacar a un okupa, esto está haciendo un agujero en nuestro PIB mucho más grande de lo que se pueda esperar. Tenemos exactamente lo que merecemos", indicaba Gimeno.

Así, las consecuencias de la okupación van más allá del perjuicio económico. Muchas viviendas pierden valor de mercado, y algunos propietarios se ven obligados a venderlas a precios reducidos, incluso con los okupas dentro, para evitar procesos judiciales largos y costosos.

La okupación provoca estrés, inseguridad y desgaste emocional sobre los propietarios, afectando en la calidad de vida de quienes deberían tener pleno control sobre su inmueble. Esto les motiva a que opten por dejar de ver el alquiler como una solución y busquen la venta.

Este conjunto de problemas convierten la okupación en un desafío social, legal y económico en España.