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Las claves

Los bolsillos de los españoles están cada vez más vacíos. Y no solo por la subida de impuestos locales, como la tasa de basuras. También porque casi todo cuesta más.

La luz, los huevos, la carne... incluso el chocolate. Según los últimos datos del INE, los productos de repostería se han encarecido más de un 15% en el último año.

Preparar o pedir un dulce se ha vuelto ya un pequeño lujo. Hoy ya no sorprende ver tartas a 10 euros o más en la carta de un restaurante.

Tarta de queso, de chocolate o unas simples torrijas: da igual, los precios se han disparado.

La repostería, que antes era un capricho asequible, se ha convertido en el reflejo más dulce, y más caro, de la inflación que sigue vaciando los bolsillos.

Una cara tentación

Pedir un postre ya no es lo que era. Según los últimos estudios del sector, hoy se paga hasta 10 euros más que hace una década.

Más del 65% de los restaurantes han subido los precios, y en muchos locales ya superan el coste de algunos platos principales.

"Antes costaba 4 o 5 euros, ahora de 14 para 15", contaba un comensal a La Mirada Crítica. Cada vez más clientes optan por compartirlo o directamente prescindir de él.

Desde las cocinas, los profesionales lo justifican. "Los ingredientes han aumentado mucho: la mantequilla, el chocolate, la energía, el personal... todo ha subido", explicaba la repostera Claudia Covarrubias.

El chocolate y la luz, en aumento

Según ella, el chocolate es el producto que más se ha encarecido, seguido de la energía: "Y otra de las cosas también es la energía, que nosotros generalmente en pastelería usamos todo y hay un gran consumo de energía", señala.

De acuerdo al INE, el precio del chocolate ha subido entre un 17% y un 25% respecto al año anterior. La subida es tan notable, que el chocolate es el producto que más ha aumentado en la cesta de la compra.

En cuanto a la luz, la situación no es diferente. Actualmente, el coste medio para los hogares ronda los 0,12 €/kWh, aunque en las horas más caras puede superar los 0,16 €/kWh, unos precios que continúan muy por encima de la media histórica.

El resultado no es más que otro que convertir a los postres en un pequeño lujo. "Antes, uno se pedía un postre cada uno y ahora se comen uno los dos", puntualiza la experta.

Y añade: "Quizás al postre no se le da tanta importancia que a un primer plato o un segundo plato. La gente se priva, no lo ve como una necesidad", detalla finalmente Claudia.