Las claves
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La tasa de residuos es un impuesto que recientemente ha experimentado una importante subida. Tanto es así, que en Cangas do Morrazo, Pontevedra, la alcaldesa del municipio tuvo que salir escoltada por la Policía y la Guardia Civil después de que los vecinos le reclamasen la subida.
De media en España este impuesto podría suponer unos 120 euros anuales y responde a la necesidad de adaptarse a la Ley 7/2022 de residuos y suelos contaminados para una economía circular.
El pago de este impuesto ha generado una incómoda situación entre propietarios e inquilinos que no saben exactamente quién debe pagar esta tasa. Así, María Fuertes, abogada del bufete Navas & Cusí, respondió la cuestión a los periodistas de La 1: el propietario debe pagar.
El inquilino también puede pagar
La abogada recalcó que "el inquilino no está obligado a pagarle el importe de la tasa salvo que esté recogido expresamente en una cláusula del contrato".
Dicha cláusula debe especificar que "el propietario puede repercutirle este cargo al inquilino y que especifique la cuantía exacta que le tiene que repercutir".
En otras palabras, a menos que en el contrato de alquiler se especifique quién debe pagar dicho impuesto y esté especificada la cantidad exacta a pagar, esta obligación le corresponde al propietario.
La Ley de Haciendas Locales es el marco normativo que regula la gestión económica y financiera de los ayuntamientos, diputaciones y otras entidades locales. También regula la tasa de residuos.
María Fuertes, abogada del bufet Navas & Cusí, en informativos de la 1
En dicha normativa se establece que, aunque el inquilino es quien genera la basura y disfruta del inmueble, el propietario, al ser el titular de la propiedad, es quien debe afrontar este pago.
No obstante, la Ley de Arrendamientos Urbanos, permite que el propietario reclame el pago de esta tasa al inquilino si así está establecido en el contrato, como se mencionó previamente.
Si el contrato se firma antes de que entre en vigor la tasa o el incremento, el inquilino puede legalmente negarse a pagarlo.
Este impuesto se extiende por toda España y se ha encarecido hasta un 30% en el último año y un 15% en el último mes, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Así, algunos han recibido esta factura con importantes incrementos de hasta más de 100 euros. De esta forma, la localidad más barata está en Soria, donde se pagan 27 euros anuales en esta tasa, y la más cara supera los 500 euros anuales en Moncloa-Aravaca en Madrid.
Esta tasa es impuesta a nivel municipal, es decir, que varía dependiendo de la zona en la que se resida y es obligatoria en todos los municipios de más de 5.000 habitantes, que son los que deben cubrir el verdadero coste de recogida, transporte y tratamiento de la basura.
Por otro lado, este impuesto tiene una parte fija que corresponde al valor catastral de la vivienda, es decir, que cubre el coste del servicio por el hecho de disponer del mismo.
Y una parte variable que se calcula según el número de personas, actividad del inmueble (vivienda, comercio, entre otros), la zona o el barrio y el nivel de reciclaje de la zona. En otras palabras se basa en la generación estimada de residuos.
De esta forma, la tasa de basuras o de residuos es una medida fiscal y ambiental dedicada a financiar el servicio municipal, además de impulsar una transición a la economía circular y cumplir con obligaciones nacionales y europeas.
