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Cada vez son más los españoles que, en busca de unas mejores oportunidades tanto laborales como de crecimiento personal, optan por preparar su equipaje, despedirse de sus seres queridos y marcharse al extranjero.

Así, entre los diferentes países de Europa, son muchas las opciones que se tantean: Suiza, Alemania, Irlanda o Islandia. Este último fue el destino elegido por Gerard, un dentista español que puso como su próximo destino el país nórdico.

Gerard (@odontosport en TikTok) ha contado cómo vivió su experiencia a EL ESPAÑOL, resaltando las grandes diferencias entre ambos países y cómo las condiciones laborales son mucho mejores en Islandia.

Un dentista en Islandia

En los últimos años, se ha observado un aumento de profesionales españoles que deciden emigrar a países del norte de Europa, como Islandia, en busca de mejores oportunidades laborales y condiciones de vida más estables.

Entre estos profesionales, los dentistas destacan por su alta demanda y la posibilidad de obtener salarios significativamente superiores a los que perciben en España.

El sector dental en Islandia se caracteriza por su escasez de especialistas, lo que genera un entorno atractivo para los odontólogos españoles que buscan crecer profesionalmente.

Además del aspecto económico, la posibilidad de trabajar con tecnología avanzada y en clínicas modernas es un factor que impulsa la migración.

Para muchos dentistas, esta experiencia no solo representa un crecimiento económico y profesional, sino también personal.

Adaptarse a un nuevo país implica aprender otro idioma, integrarse en una cultura distinta y asumir retos administrativos y logísticos, lo que convierte esta decisión en un paso relevante en su carrera y vida personal.

De ese modo, uno de esos casos es el de Gerard, un español que cuando a su mujer le llegó una oportunidad laboral como fotógrafa en Islandia, no se pensó dos veces en seguirla. "Vendimos todo y nos fuimos a Reikiavik", rememora el profesional.

Una vez llegó a Islandia, Gerard tuvo un período de adaptación tanto al ambiente como a la manera de ser de los islandeses. "Los islandeses tienen grupos más cerrados desde que van al cole y cuesta entrar. Me encontré con una sociedad bastante fría", señalaba el dentista.

Sin embargo, al poco tiempo entró como autónomo en una clínica dental, donde desempeñó su trabajo y empezaron a llegar los diferentes clientes.

"En Islandia hay bastante cola porque hay menos dentistas per cápita. Hay siete u ocho dentistas en la universidad cada año", contaba Gerard. "En España no hay sitio para todos. Hay demasiados dentistas graduados de universidades, cursos...".

Además, el dentista notó varias diferencias en relación a las condiciones laborales y las jornadas de trabajo: "En Islandia se empieza mucho antes a trabajar. Allí estaba a las 8 y acababa a las 16. Eso te da tiempo a hacer cosas por la tarde como entrenar o ir a por los niños".

En España no tiene esa ventaja, debido al horario partido de las clínicas en las que ha trabajado. "Aquí trabajo de 10 a 14 y luego de 15 a 20 todos los días", indicaba. La diferencia es notoria.

Asimismo, su trabajo se traducía en una remuneración mucho mayor a España. "He llegado a ganar más de 10.000 euros al mes", confesaba a este medio. "Entre todos los gastos a final de mes podía ahorrar unos 3.000 euros, más de lo que mucho cobran en España".

De hecho, a menudo se suele señalar el costo de vida en Islandia y cómo es más caro que nuestro país: "Todo es mucho más caro, el alquiler está por las nubes, pero a final de mes te queda más dinero. Iba al super o a un restaurante y no miraba los precios. El nivel de vida es bastante más alto".

Y en tema impuestos también había mucha diferencia. "Pagaba un 37% de impuestos del total que cobraba, pero no pagaba tasa de autónomo. Allí no tienes que pagar por trabajar. Además, un porcentaje muy alto se iba directamente a mi pensión. La carga fiscal es parecida a España pero se pagan los impuestos más a gusto que aquí", apuntaba Gerard a EL ESPAÑOL.

Después de un período viviendo en Islandia, decidió volver a España pero no por las condiciones laborales sino por tema familiar. "Mi madre es viuda y estaba creciendo sin ver a mi hija", señalaba el dentista. En su vuelta volvió a desempeñar su profesión como dentista.