Publicada

Las pensiones de viudedad en España no son iguales para todos, sino que cada caso es distinto. Hay personas que renuncian a ella, otras que la mantienen y algunas que ni siquiera llegan a cobrarla, según cómo afecte a su propia pensión.

Además, no siempre son vitalicias. En ciertos supuestos se puede perder el derecho a percibirla, mientras que en otros se conserva incluso si la persona se vuelve a casar.

En este último caso entra Lola, una pensionista que contó en Y ahora Sonsoles una de las decisiones más complicadas de su vida con un único objetivo: mantener la pensión de su marido.

"Tuve pareja 30 años y no me quise casar para no perder la pensión. Me pidió matrimonio muchas veces, pero yo tengo que asegurar lo mío", confesó la viuda en Antena 3.

Lola contó que, desde la muerte de su marido hace más de medio siglo, percibe una pensión de viudedad de 870 euros al mes.

Gracias a esa ayuda ha podido salir adelante, después de pasar gran parte de su vida trabajando como costurera. "Yo cobro eso, el resto no lo sé, pero hablo por mí y cobro por eso", puntualizó la mujer.

"Tengo que asegurar lo mío"

La Seguridad Social establece que la pensión de viudedad corresponde, por lo general, al 52% de la base reguladora de la persona fallecida.

En determinadas situaciones, como cuando existen cargas familiares o bajos ingresos, este porcentaje puede llegar a subir hasta el 70%.

Aunque Lola rehizo su vida con un hombre divorciado, nunca llegó a casarse con él por miedo a perder la pensión, ya que dependía de la prestación para sacar adelante a sus hijos y afrontar los gastos de cada día.

Sonsoles Ónega y Lola. 'Y ahora Sonsoles'.

"Perdía la poca pensión que tenía... y por un papel firmado. Ya me casé una vez. Tengo que asegurar lo mío, porque entre lo poco que me daban y lo que yo cosía, tenía que mantener a mis hijos", confiesa.

Lola sigue activa y mantiene viva su pasión por la costura. "He trabajado mucho cosiendo, y todavía lo hago. No corto porque no manejo bien las tijeras, pero estoy en una asociación de mayores en Fuenlabrada donde doy clases de costura desde hace 11 años", explicó ante Sonsoles Ónega.