Javier tiene 65 años y lleva jubilado siete. Y es que a sus 58 años de edad, este madrileño decidió darle un giro radical a su vida tras decidir marcharse a la otra punta sin pensarlo, dejando atrás su país natal.
Todo empezó después de pasar cuarenta días de vacaciones en Tailandia. Aquella experiencia lo marcó tanto que, sin pensarlo demasiado, dejó España y se mudó al sudeste asiático para volver a comenzar su vida.
La razón principal, el dinero. Según confiesa este jubilado, con mil euros al mes en Tailandia puede vivir una pareja sin problemas. Y es que en sus últimos días de viaje, este madrileño también encontró el amor.
Javier ha trabajado toda su vida en la construcción y sabe lo difícil que es llegar a fin de mes en España. Explica que con esa cantidad de dinero en Madrid apenas podría pagar el piso, la comida "y poco más".
En cambio, en Tailandia afirma que vive con holgura. Aunque no está rodeado de lujos, Javier vive junto a su mujer en una casa de una habitación, donde según revela en su entrevista con el youtuber, Sergio Castillo, no les falta de nada.
Siguiendo el rito budista, Javier se casó con la camarera de la que se enamoró los últimos días de su viaje. Un aliciente más para tener claro que su jubilación no iba a ser en España.
Y es que su decepción con este país es tan grande que lo expresa sin rodeos: "En España no se puede vivir, tío, así de claro". Javier explica que ni la política ni la economía que tenemos ayuda a llevar una vida cómoda y sin preocupaciones tras pasar toda tu vida cotizando.
Además insiste en que no es que sea algo personal con España, sino que, comparando la comodidad con la que vive ahora, "yo no iría a ningún país de Europa me ofrezcas lo que me ofrezcas".
Su vida en Asia es tranquila y sin prisas. Reconoce que es poco activo y que "soy muy vago", confesando que lo que verdaderamente le gusta es "estar en el sofá".
Un estilo de vida que puede mantenerlo gracias a su esposa tailandesa, quien se encarga de todo lo necesario. Él lo agradece y confiesa que ya está acostumbrado: "Por las mañanas me pone el café, me pone las pastillas que tengo que tomar, todo me lo prepara ella".
Y es que a lo económico se suma otro aspecto que valora mucho, la calma. Javier explica que cada vez que regresa a la capital se siente invadido por el estrés y hasta cambia su carácter: "Cuando llego a Madrid me cambia el carácter, me vuelvo un hijo de la gran…".
En cuanto a política, tampoco se guarda nada. Asegura que no cree en la democracia española ni en la forma de votar de muchos ciudadanos, confesando que "prefiero mucho más una dictadura, porque por lo menos sabes quién es el enemigo".
Eso sí, su vida allí no ha estado libre de sustos. Recuerda cuando estuvo a punto de morir por dengue en Koh Tao: "Yo creía que me estaba muriendo, me dieron unas fiebres que no podía ni andar".
Sin embargo, ahora vive con calma y se siente satisfecho con el camino que eligió. Pues para él, estar en Tailandia es vivir "en la paz y en la gloria".
