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"Un chino es capaz de tirarse, si hace falta, 14 horas seguidas trabajando para terminar todas las tareas que tiene. Pero aquí es diferente". Así de contundente se muestra Alejandro Zuhang, empresario chino afincado en España, al describir la intensidad y la dedicación que caracteriza al trabajador de su país.

Según este empresario, mientras en España los descansos se utilizan para socializar o relajarse, en China la prioridad es avanzar en las tareas pendientes, incluso si eso significa prolongar la jornada laboral.

En España, la ley establece una jornada promedio de 40 horas semanales, repartidas de lunes a viernes, con pausas fijas para descanso. Sin embargo, en China, la situación es mucho más flexible.

Las horas las marcan ellos. Istock

"Un español por ley trabaja 40 horas, pero ahí en China no hay ley. O sea, en el contrato no pone cuántas horas tienes que trabajar. Puedes trabajar 50, puedes trabajar 20. El que termina antes se va a su casa y a lo mejor puede coger 5 días de vacaciones porque los primeros dos días de la semana ha terminado todo su trabajo", explica Zuhang.

Y es que tal y como confiesa este empresario, la diferencia no es solo legal, sino cultural. En China la responsabilidad y la disciplina individual marcan el ritmo de trabajo en la mayoría de sus empresas.

Esta forma de entender la jornada laboral también se refleja en la manera de usar los descansos. Alejandro Zuhang comenta que, al contrario que en España, "nunca verás a un chino en el trabajo que se pega su horita de descanso para tomarse una cerveza o para fumarse cuatro cigarros".

Según su cultura, la pausa no es un momento para relajarse, sino un espacio que podría aprovecharse para adelantar tareas. Pues, para ellos, la eficiencia y la productividad personal están por encima de la rutina estricta de horarios.

Además, aunque el empresario reconoce que los españoles trabajamos más ya que cumplimos con un horario fijo y legal, la intensidad y disposición a trabajar más allá de ese horario, según Zuhang, es mayor en China.

La diferencia radica en la mentalidad. Mientras unos se adaptan al tiempo establecido, otros priorizan cumplir con todas las tareas, sin importar cuántas horas requiera.

Los datos respaldan su percepción. Y es que aunque la jornada legal en España es menor, la estructura fija obliga a cumplir con un número de horas determinado, mientras que en China el compromiso personal y la flexibilidad marcan la pauta.

Esto demuestra que trabajar más horas no siempre depende de la ley, sino de la cultura y la mentalidad de donde te haya tocado vivir.