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Hoy en día las compras online se han vuelto casi como parte de la rutina. Ya sea a través de Amazon, TikTok Shop o cualquier tienda digital, es tan sencillo como acceder a la red y en un clic el producto es tuyo.

Sin embargo, muchos clientes han cogido la costumbre de comprar sin pensárselo dos veces y luego devolverlo a coste cero. Una acción que ha empezado a disgustar a las empresas y algunas han empezado a tomar medidas.

Así, este tema llegó a Y Ahora Sonsoles, donde se generó bastante debate y por ello contaron con Natalia de Blas, empresaria de una tienda de ropa que no dudó en explicar sus razones para cobrar por las devoluciones.

Devoluciones online

Las compras online se han convertido en una opción habitual gracias a la comodidad y rapidez que ofrecen. Entre sus principales ventajas destaca la facilidad para devolver productos, lo que da seguridad al consumidor a la hora de comprar sin ver ni probar antes.

Sin embargo, esa flexibilidad tiene un coste elevado para las empresas. Cada devolución implica gastos de transporte, logística y reacondicionamiento de los artículos, lo que reduce notablemente los márgenes de beneficio.

Además, el volumen de devoluciones genera un impacto adicional tanto económico como medioambiental. Por ello, muchas compañías están empezando a replantear sus políticas, introduciendo cargos o condiciones más estrictas para equilibrar el servicio con la viabilidad del negocio.

Por esa razón, al igual que los costes de envío para entregar el producto a su cliente, muchas empresas optan por implementar un costo para devolverlo a sus almacenes.

Esta decisión no ha gustado a muchos clientes, que ven cómo dejan de poder comprar a un clic bajo el pensamiento de que, si no les convence o gusta del todo, pueden devolverlo a coste cero.

De tal manera, la empresaria textil Natalia de Blas explicó en el plató de Y Ahora Sonsoles por qué desde el inicio de su negocio, siempre ha cobrado seis euros por devolución.

"Cobro por la devolución. La devolución no es gratis. Además, yo vivo en Mallorca y tenemos más costes de envío, y sí, no es gratis. Lo he hecho siempre", indicó la empresaria.

A esta afirmación, Sonsoles le preguntó si no era rentable aceptar las devoluciones sin coste adicional, algo en lo que De Blas fue clara.

"Si no cobrara, mi negocio no sería rentable en absoluto", apuntó la empresaria. "La gente devuelve mucho cuando compra por Internet. Al final, la ropa es un producto que nos gusta tocar, probarnos, y las tallas muchas veces no son estándar".

Además, es interesante que la devolución en el comercio electrónico es mucho más frecuente: hasta una de cada cuatro compras se devuelve, frente al 5,6% que apenas se registra en las tiendas físicas.

"En el comercio online de ropa se devuelve bastante. Y creo que tampoco es saludable para el planeta, así que poner un coste anima a la gente a pensárselo bien si quiere comprarlo o no", indicó la empresaria.

Lo cierto es que la predilección de los clientes de devolver más productos adquiridos online es porque no puede ver ni probar el producto antes de comprarlo. Esto provoca errores de talla, diferencias con lo esperado o falta de satisfacción, aumentando las devoluciones frente a la tienda física.

No obstante, con estrategias como la de la tienda de Natalia haciéndose más común, muchos clientes tendrán que adaptarse y pensárselo dos veces antes de comprar el producto o asumir el costo de devolución.