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La carretera se queda sin camioneros. Al igual que muchas otras profesiones de oficio como la albañilería o la pintura, el sector de la carretera ve cómo se queda sin relevo generacional.

Según la Federación Nacional de Asociaciones de Transportistas de España, se calcula que 1 de cada 3 camioneros en España estarán jubilados en los próximos diez años. Unas cifras que asustan al futuro del sector.

Por ello, ante este rechazo de los jóvenes, el camionero Andrei Grapinoiu ha explicado cómo vive esta profesión y las razones del ‘no’ del segmento joven.

Faltan camioneros

La profesión de camionero atraviesa una crisis silenciosa que amenaza con convertirse en un problema estructural para el transporte y la economía. Cada vez hay menos conductores en activo y, lo que preocupa aún más, no aparecen suficientes jóvenes dispuestos a tomar el relevo.

La escasez de mano de obra se explica por varios factores: largas jornadas, condiciones exigentes y una percepción social que ha ido restando atractivo al oficio. Mientras tanto, la demanda de transporte por carretera no deja de crecer, generando un desequilibrio cada vez más evidente.

El relevo generacional se complica porque la nueva fuerza laboral busca empleos con horarios más flexibles, mayor conciliación y mejores expectativas de vida. Así, el sector se enfrenta a un reto doble: mejorar sus condiciones y reposicionar la figura del camionero para asegurar su futuro.

Este tema llegó al podcast Rutas de Éxito, donde un camionero llamado Andrei Grapinoiu habló claro sobre la situación en el sector del transporte.

Andrei contó cómo sus amigos sienten envidia por su situación laboral: “Me dicen: ‘Eres camionero, tienes un buen sueldo…’. Pero hay que hacer un esfuerzo para ser camionero, sobre todo al principio: superar un examen, estar cinco o seis meses preparándote, trabajando y estudiando a la vez".

"Mucha gente no está dispuesta a eso. Sí quieren que los demás digan ‘qué guay’, ‘qué vida tiene este tío’, pero el dinero hay que ganárselo", afirmaba el camionero.

De hecho, su caso ha servido para muchos de sus amigos den el paso y se adentren en esta profesión. "Algunos ya han empezado a formarse", apuntó.

"También soy un buen ejemplo porque me va bien. Dicen: ‘Andrei tiene su cochecito, su trabajo, su novia… le va bien. Yo también quiero, voy a empezar este trabajo’. Se sacan los carnés y empiezan a trabajar, y creo que les irá bien. Depende de cómo sea cada uno, pero es un sector difícil. Una vez que empiezas y te acostumbras, te amoldas a las cosas y les sacas provecho", explicaba Grapinoiu.

Así, Andrei lleva varios años dedicados a la profesión de camionero y tan solo tiene 32 años. Es uno de esos pocos jóvenes que optan por este oficio. Y lo cierto es que el profesional entiende que los jóvenes la rechacen por otras opciones que no les alejen de su zona de confort.

"El transporte no resulta atractivo para los jóvenes salvo, por el dinero. ‘¿Tú como camionero cuánto ganas?’ Yo gano 3.000 euros. ‘Qué guay, tío. Yo me levanto temprano, tardo una hora en llegar a Madrid, vuelvo a casa a las 19 y solo gano 1.500. Y tú ganas 3.000 y vas tranquilo en tu camión, sin que te moleste nadie’", comentaba el camionero sobre la manera que la gente percibe la profesión.

Sin embargo, es a la hora de hacer frente a la realidad de cargar con un vehículo de 3.000 kg a 90 km por hora durante ocho horas seguidas que pierde atractivo.

"Es atractivo por el dinero, pero cuando ven cómo es en realidadcuánto hay que trabajar, lo peligroso y lo duro que resulta—, muchos se echan atrás", señalaba Andrei.

El joven señalaba que alguien de unos 20 o 22 años no va a querer alejarse de su entorno y dejarlo por la carretera: "A los jóvenes nos gusta disfrutar, y para ser camionero tienes que restringir eso: decidir que vas a disfrutar menos y trabajar más".