El alquiler de piscina se ha convertido en uno de los negocios de moda durante el verano. Gracias a plataformas online como Cocopool, los propietarios de viviendas con piscina pueden arrendarla por horas. A cambio, familias o amigos que no tienen piscina pueden disfrutar de ella.
Es el caso de María Luisa, que habilita su piscina privada y su zona chill-out en Madrid. Esta propietaria cuenta a EL ESPAÑOL cómo está siendo su experiencia en el alquiler de piscinas.
María Luisa lleva dos veranos alquilando su piscina y tiene claro que se trata de un negocio estacional: "Nosotros solo tenemos clientes en lo que es mayo, junio, julio y agosto, alguno en septiembre, pero se empieza a notar la caída de reservas".
La mayoría de reservas en su vivienda se llevan a cabo los fines de semana. "Entre semana no tenemos demanda. Lo normal es que sea o un sábado o un domingo, especialmente los sábados", asegura.
Respecto a las ganancias, María Luisa asegura no llevar la suma total, pero desvela cuánto ganaron con la última reserva: "Con los últimos clientes, menos la comisión que nos quitó la aplicación, ganamos alrededor de 350 euros por seis horas".
La propietaria explica que la alquilan dos fines de semana al mes, no con más asiduidad porque viven allí: "Nosotros vivimos en el espacio, solo lo alquilamos cuando no estamos. El espacio no es solo el negocio, sino la vivienda familiar".
El público objetivo de la piscina de María Luisa son cumpleaños de grupos de amigos y despedidas de solteras. "Solo chicas", matiza la propietaria. "Despedidas de chicos no entran por lo que sea, es otra necesidad".
Vista del patio con piscina de María Luisa.
María Luisa afirma que nunca han tenido ningún problema con los bañistas: "Se nota que han estado por un poco de suciedad, pero nunca han roto nada. Son muy respetuosos y estamos contentos".
La propietaria asegura que usan la plataforma Cocopool como "una forma de captación": "Ellos nos ofrecen estos clientes y nosotros firmamos contrato de alquiler temporal para que todo este en base a la ley española".
Además del precio que fija en la plataforma, María Luisa cobra una fianza al bañista, pero tras evaluar el estado de la piscina se les devuelve. "Nunca hemos recurrido a tirar de la fianza, porque en lo que llevamos se comportan muy bien".
"No es solo cobrar, lamentablemente lleva un esfuerzo considerable", asegura la propietaria, que reconoce que habilitar el espacio para los visitantes "le quita mucho tiempo". Realizan tareas como cuidar el césped, prepararles los cubiertos y posteriormente limpiar tras la visita.
La experiencia está siendo tan gratificante para ella, que confirma a este medio que están construyendo otra piscina en la provincia de Salamanca, también para alquilarla.
"Ya tenemos una vivienda disponible al público en Béjar y en esa casa vamos a meter una piscina. Creemos que es una forma de ganar unos ingresos", explica. "Cuando se acabe la construcción la pondremos en Cocopool".
Tener una casa con piscina siempre ha sido un lujo que no todos han podido permitirse, pero con nuevas aplicaciones como Cocopool, puede convertirse en un negocio de presente y futuro.
