El 29 de abril de 2023, Lamine Yamal debutaba en partido oficial con el FC Barcelona ante el Real Betis como cambio de Gavi.
El futbolista se convertía en el jugador más joven en debutar con el conjunto culé, con tan solo 15 años, 9 meses y 16 días. Todo un hito para el FC Barcelona.
Poco más de dos años después, Lamine Yamal se ha convertido en uno de los líderes del club de la Ciudad Condal, siendo clave y determinante en todos los partidos.
El jugador ha dado un giro de 180 grados a su carrera, pasando de ser una joven promesa a uno de los mejores del mundo, llegando a ser nominado al Balón de Oro.
Por esa razón, esta evolución tan fugaz en la carrera de Yamal ha significado un gran paso dentro de su carrera, traduciéndose también en una subida salarial considerable que su entorno familiar tendrá que aprender a gestionar.
El niño de oro
Originario de Rocafonda, Lamine Yamal provenía de una familia humilde, dado que sus padres son dos inmigrantes que se marcharon a España en busca de mejores oportunidades. Mounir, su padre, era pintor en Marruecos mientras que Sheila, su madre, era camarera en Guinea Ecuatorial.
Así, sus progenitores y familiares encontraron en el pequeño Yamal a la nueva gran joya del fútbol español. Lamine, con tan solo 6 años, empezó su carrera en el FC Barcelona y fue ascendiendo poco a poco a través de las categorías inferiores del club blaugrana.
Su oportunidad de oro llegó en la recta final de la temporada 22-23, Xavi le dio minutos contra el Betis. Aunque contó con pocos minutos y fue su único partido oficial con el primer equipo esa temporada, no tardó en demostrar su velocidad, desequilibrio y habilidad con el balón.
La temporada 23-24 sería el gran año de Lamine, el jugador pasó a ser regular en las alineaciones así como dar su salto a la selección española, donde consiguió la Eurocopa en el verano de 2024. La temporada 24-25 significó su gran salto a la élite, posicionándose como uno de los mejores del mundo.
Esta evolución fugaz del jugador en la élite ha significado una revalorización tanto en su ficha, su valor es de 200 millones de euros en Transfermarkt, como en sus ingresos, especialmente con su renovación hace escasas semanas.
Lamine tiene un salario de 15 millones de euros anuales que pueden llegar a los 20 millones de euros con bonificaciones. Además, sus patrocinios con marcas como Konami, Oppo o Powerade hacen que su patrimonio crezca aún más.
De tal manera, estar en la cima significa que a la mínima todo pueda irse al traste, casos como el de Ronaldinho son claros ejemplos. Y por esa razón, el analista financiero Ismael García se encargó de señalar la situación de Lamine en Espejo Público, y lo que supone a su imagen pública.
"Han demostrado la suficiente inteligencia como para rodearse de la materia gris adecuada para negociar contratos publicitarios y, supongo, a partir de ahora, para gestionar todo el dinero que le estará llegando. Los contratos que hemos citado son importantes, pero además tiene otros cuatro firmados recientemente y de manera multianual. A largo plazo son los adecuados para extraer más dinero", afirmó el experto.
García indicó la importancia de su comportamiento sobre sus contratos: "¿Qué problema tiene esto? Que un patrocinio de tantos años exige vigilar muy bien y gestionar la imagen pública que se proyecta. A veces hemos visto fiestas e imágenes del jugador que no parecen encajar con este tipo de acuerdos. Pero, de momento, lo están gestionando bastante bien".
El analista explicó cómo el '10' del FC Barcelona debe saber aprender a vivir bajo los focos, y mantenerse con un perfil bajo. "Debe pulir su comportamiento fuera del campo: ha protagonizado declaraciones un tanto dudosas e incompatibles con acuerdos a largo plazo. En alguna ocasión ha dicho que se le debe valorar solo por lo que haga dentro del campo, pero eso es radicalmente falso cuando entras en estas dinámicas. Cuando una marca te patrocina, analiza todo lo que proyectas", apuntó.
Ismael García dejó una reflexión sobre cómo los futbolistas, quieran o no, son figuras públicas con millones de jóvenes que les tienen como ídolos.
"Es una persona que influye sobre determinadas capas sociales, especialmente los fans del Barça y los jóvenes, un público en el que Adidas está muy pendiente de la imagen que perciben para evitar polémicas. Y no se trata solo de él, sino también de todo su círculo: padres, relaciones, amigos... Todo eso deberá gestionarlo muy bien, porque el riesgo de acabar como Ronaldinho es alto", advertía.
