Una pareja de jubilados españoles, Rosa y Jesús, puso su vivienda en Dénia en alquiler por cuatro meses para conseguir un dinero extra, además de sus pensiones, que describen como "pequeñísimas".
Sin embargo, la situación se torció cuando Lucía, la inquilina, les comunicó que no se iría de la vivienda, después de haber pedido quedarse seis meses y solicitar una rebaja del alquiler.
Rosa, enferma de cáncer, habló con periodistas de Antena 3 sobre esta difícil situación y la angustia que le ha generado a la pareja, que, teniendo una vivienda en primera línea de playa, está obligada a vivir en un piso pequeño y de difícil acceso.
"Solo ha pagado 2 meses de alquiler"
Rosa comenzó contando, visiblemente afectada, que "mi marido fue el 1 de mayo a decirle que se le había acabado el contrato y dijo que no se iba a ir". A partir de ese momento, Lucía pasó a ser una inquiokupa.
Como ya había mencionado, el motivo por el que optaron por alquilar su vivienda es que "como tenemos pensiones tan pequeñitas, pues alquilamos; yo dije que para 4 meses y esta persona me pidió que, por favor, para 6 meses".
La casa inquiokupada de Rosa y Jesús en Dénia, Alicante.
La inquilina, que lleva sin pagar el alquiler desde el mes de enero, sigue viviendo ilegalmente en una casa en primera línea de playa y con jardín en Dénia, Alicante.
"Le hemos dado de todo", relató la jubilada con tono enfadado, "hasta le rebajamos el dinero porque dice que no podía pagar 600 euros".
En este punto, es preciso contrastar: la pareja alquila temporalmente su vivienda (una casa en primera línea de playa con jardín) por 600 euros mensuales.
En Dénia, según la plataforma de alquiler temporal y vacacional Airbnb, un apartamento con condiciones similares (primera línea de playa y jardín) ronda los 5.000 euros mensuales. En la plataforma inmobiliaria Idealista, el alquiler de una casa supera los 2.500 euros mensuales.
Además de pedir una rebaja del precio y dejar de pagar el alquiler al segundo mes, Rosa expresó que "no ha pagado la luz ni el agua, no ha pagado nunca nada (...) ¡Es que no se va!".
Jesús intervino para mostrar cómo la angustia y el estrés sufridos a raíz de esta situación se han manifestado físicamente: "Mira cómo me ha dejado las piernas por el estrés que me ha provocado ella", dijo mostrando un sarpullido rojo en la pantorrilla.
En total, Lucía, la inquiokupa, ya le debe a la pareja de jubilados un total de 5.000 euros. "Cómo puedes hacernos esto, Lucía, cómo se puede ser tan desalmada", exclamó Rosa, agregando que "estamos todos destrozados, todos, mientras ellos viven su mejor vida".
