La diferencia salarial entre España y Noruega en el sector de la enfermería es tan grande que parece de otro continente.
Así lo demuestra el testimonio de un enfermero español que, tras dos años trabajando en el país nórdico, ha contado su experiencia en el pódcast 'Salmón y punto', revelando unas cifras que contrastan radicalmente con las de sus años en España.
"Yo personalmente en Noruega no he bajado de los 3.000 euros, que son 30.000 coronas", asegura con contundencia.
El profesional detalla que, en dos años, solo ha tenido una excepción en cuanto al salario recibido.
"Un mes cobré 29.000 coronas, que son 2.980 euros aproximadamente. Ahora mismo es un poquito menos porque la corona está más devaluada, pero yo no he bajado por norma general de las 30.000 coronas netas", comenta.
Un sueldo que incluso llega a duplicar el que percibía cuando ejercía en España: "En España no he subido de los 1.800 euros".
Por su parte, la diferencia se vuelve aún más sangrante cuando recuerda su paso por residencias de mayores, uno de los entornos más exigentes para el personal sanitario.
"Y en residencia, con la carga de trabajo que había allí, no subía de los 1.300-1.400 euros", afirma.
Este contraste no solo es económico, sino también emocional. En muchos casos, los profesionales sanitarios que emigran lo hacen no solo buscando una nómina más alta, sino una mayor estabilidad y mejores condiciones generales.
No es un caso aislado. Cada año, decenas de enfermeros españoles optan por hacer las maletas ante la falta de oportunidades dignas en su país.
El sistema sanitario español forma a profesionales altamente cualificados que, después, se ven obligados a ofrecer su talento en otros países que les ofrecen lo que aquí no encuentran.
Mientras tanto, España sufre una pérdida constante de personal sanitario, agravada por la temporalidad de los contratos, las largas jornadas y los sueldos que no compensan ni el esfuerzo ni la responsabilidad del trabajo.
Reformar esta situación no es solo una cuestión de justicia laboral, sino una necesidad urgente para evitar el colapso de un sistema ya tensionado.
