Lo Luis Pérez, hoy CEO de la Clínica de Desintoxicación Zeus, no siempre fue un referente en el tratamiento de adicciones.
Durante años, fue víctima de una adicción severa que lo llevó a tocar fondo de formas que pocos se atreven a imaginar.
"En el peor momento de consumo llegué a tener que prostituirme, tuve que llegar a venderme para conseguir droga", confiesa sin rodeos en el pódcast 'Tengo un Plan'.
Su historia es el ejemplo crudo de hasta dónde puede llevar el consumo de drogas y cómo es posible reconstruirse desde los escombros.
Luis llegó a consumir entre cinco y seis gramos de cocaína al día: "Consumía 35 gramos de cocaína a la semana aproximadamente, había veces que más. Me metía cinco o seis gramos de cocaína cada día".
La desesperación por mantenerse activo en el consumo lo llevó a situaciones límite: "Me iba a los clubs de alterne a que me abrazaran... Me iba con prostitutas y me iba a los peores sitios".
El inicio de todo fue casi cotidiano, una escena común en tantos jóvenes: fiesta, aceptación y el deseo de pertenecer.
"Empecé consumiendo como cualquier persona que quiere experimentar... que se va de fiesta, que empieza tomando una copa, fumando un cigarro, cannabis... y prueba la cocaína", relata.
Pero en su caso, esa experimentación se convirtió en dependencia rápidamente, alimentada por un contexto emocional y social complicado.
Uno de los momentos más traumáticos de su vida fue la muerte de su hermana tras un accidente: "Mi hermana tiene un accidente peatonal y después de estar cinco meses en la UVI, muere".
Aunque no vincula directamente ese hecho con el inicio de su consumo, reconoce que fue una ruptura emocional profunda.
También influyeron otras circunstancias, como la presión social o el intento de impresionar a una chica: "Empiezo a consumir realmente un poco por gustarle a esa chica y por sentirme aceptado".
Hoy, Luis utiliza su historia como herramienta terapéutica, pero advierte que haber superado una adicción no es suficiente por sí solo para ayudar a otros.
"Evidentemente que el hecho de haber superado una adicción no significa que tengas herramientas para ayudar a otros", explica.
Lo que lo avala, asegura, es su formación y el equipo profesional que lo rodea: "Lo que me avala es toda la formación que tengo y el equipo con el que trabajo en la clínica. Soy como profesión terapeuta especialista en adicciones".
La adicción, explica, es una enfermedad multifactorial: "La adicción es una enfermedad biopsicosocial. Tiene que haber una vulnerabilidad genética, un factor psicológico estresante y un entorno social que apoye el consumo".
Además, recuerda que la edad de inicio es crítica: "La edad media en la que se empieza a consumir es entre los 14 y los 18 años", y subraya que el alcohol, aunque legal, es una droga que modifica el cerebro en plena formación.
Un ejemplo de vida
Luis tenía 17 años cuando comenzó a consumir. Hoy, décadas después, ha transformado su vida y la de muchas personas más.
"Muchas personas se sienten identificadas con la experiencia que yo he vivido y esto hace que pidan ayuda", afirma.
Su testimonio refleja una caída profunda, pero también una poderosa recuperación. Luis demuestra que, incluso desde lo más bajo, es posible levantarse.
