De acuerdo con datos del Observatorio Industrial de la Construcción, se calcula que las mujeres representan un 11,2% de los trabajadores en este sector. Un número que representa el notorio carácter masculino de la profesión.
Por ello, cada historia de una mujer que se dedica a la construcción no pasa desapercibida. Rompen estereotipos y demuestran que es una profesión en la que también son bienvenidas.
Una de ellas es Margarita, una mujer que hace siete años decidió abandonar trabajos "precarios" como limpieza o administración para dedicarse a la albañilería, y donde no podría estar más contenta.
Albañilas haciendo historia
El sector de la construcción atraviesa una etapa de declive, marcada por un notable envejecimiento de su fuerza laboral. En España, más del 55 % de los trabajadores del gremio superan los 45 años.
Es una profesión que ha perdido atractivo entre los jóvenes, y frente a su falta de interés, las mujeres ven como una opción dar el paso a la albañilería en busca de unas mejores condiciones.
Un ejemplo de estas mujeres es Margarita Vidrialesa, una encargada de la construcción con siete años de experiencia y mucha pasión por la profesión.
"Yo siempre he contado menos que mis compañeros encargados", afirma la albañila. "Aunque desempeñamos el mismo trabajo, hay que tener en cuenta que ellos pueden tener más antigüedad. Yo tengo formación reglada, y ellos, normalmente, muchos años de experiencia".
La mujer antes se dedicaba a otras profesiones que ella define como "precarias" en limpieza o administración, pero en el 2018 decidió darle un giro de 180 grados a su vida y adentrarse en la albañilería.
"Cualquier oficio, con la maquinaria actual, puede ser realizado por cualquier persona", confiesa Margarita. "Al final muchas mujeres terminan estudiando estos oficios porque ven mejores salidas y salarios más altos. Yo soy el claro ejemplo de ello".
Tras tantos años dedicados al oficio, la mujer hoy en día tiene un sueldo de 33.000 euros anuales aunque señala que una trabajadora que acaba de empezar puede tener un salario base de 1.300 euros al mes.
"Los buenos profesionales de toda la vida se están jubilando, entonces los que saben trabajar están muy cotizados, y eso hace que estén bien pagados", apunta la trabajadora.
Eso sí, advierte de una ley que limita la actividad laboral de las mujeres: "Indica que las mujeres no podemos levantar más de 20 kg. Esto provoca que si levantamos un saco de 25 kg y nos lesionamos, es responsabilidad nuestra".
Como consecuencia, en experiencia de Margarita, para las empresas eso es un inconveniente. "Tienen que contar con dos personas para realizar actividades de peso o adquirir maquinaria específica", asegura. Es decir, limita a las mujeres a poder ejercer igual que un hombre.
Razones de ese estilo provocan que la albañila reconozca que en sus siete años de experiencia apenas ha visto a mujeres en la construcción. "Sí he visto a mujeres en puestos de mando o en pintura, pero operarias pocas", sostiene la trabajadora.
Por esa razón anima a que más mujeres se sumen al oficio: "Si tienen un poco de curiosidad de las reformas que se formen en alguna de estas profesiones. El saber no ocupa lugar. Que lo prueben y si les hace felices ignoren los comentarios que dicen que no pueden porque no es verdad".
De hecho, deja una reflexión sobre lo mucho que le ha aportado este oficio a su vida. "Si yo he podido, cualquiera puede. Y no existe una satisfacción mejor que construir, desde la nada, algo bonito con tus propias manos", confiesa Margarita.
Tanto disfruta su trabajo que tiene una cuenta de TikTok llamada @margaritavidrialesa donde cuenta y muestra su vida en la construcción. Aunque tiene mensajes positivos, también llegan los negativos.
"Manejo bien los mensajes de crítica en redes porque respondo con vídeos mostrando el trabajo que realizo", recalca la albañila.
Así, no duda en dejar un mensaje a todos esos que la señalan: "Esas personas parten de un pensamiento erróneo: creen que la construcción es cuestión de fuerza, y no es así. Tampoco piensan que las mujeres pueden levantar 25 kg. Solo hay que ver a una madre levantando a su hijo".
