Es el día soñado para muchas parejas. Los dos, súper guapos en su boda. Todo tiene que salir a pedir de boca. Los invitados deben volver a casa con una sonrisa en los labios. Pero puede ocurrir algo que eche todo al traste. Y puede ser la Agencia Tributaria (AEAT).
¿Imposible? Carlos García es un abogado especialista en litigación tributaria. Y en la red social LinkedIn se ha hecho la siguiente pregunta: “¿Puede la Agencia Tributaria presentarse en tu boda? Pues lo hizo”.
En concreto, y según cuenta el abogado, “dos inspectores irrumpieron en plena celebración en un cortijo de Badajoz, delante de 100 invitados, para notificar a los novios el embargo del catering por una deuda fiscal”.
¿Y qué pasó a continuación? Pues que los recién casados “firmaron papeles de 5 páginas, con lenguaje técnico, en medio del banquete”, continúa.
Según Carlos García, todo este ‘circo’ montado en la boda “fue intimidante, humillante y kafkiano”.
Actuación desproporcionada
Los hechos que relata el abogado se remontan a antes de 2021. Fue ese año cuando una sentencia de la Audiencia Nacional calificó la actuación de la Agencia Tributaria “como desproporcionada y carente de empatía”.
En concreto, y según recuerda Carlos García, el juez llegó a decir que “ni a los presuntos delincuentes se les trata así”.
De hecho, el experto indica que la AEAT “tenía medios de sobra para notificar sin arruinar un momento irrepetible”.
En concreto, apunta a que “podía haber actuado en sede de la empresa de catering, no en el altar”.
Finalmente, el tribunal condenó a la Administración a indemnizar a los novios con 6.000 euros. Y dejó una lección, según Carlos García: “Perseguir deudas no puede justificarlo todo. Ni el poder más legítimo puede ejercer su fuerza sin límites”.
Y concluye diciendo que es un caso real, que parece un guion de Berlanga, “pero que retrata algo muy serio: la maquinaria recaudatoria sigue operando sin empatía. Y cuando la desproporción sustituye al sentido común, el ciudadano se convierte en víctima”.
