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A pesar de que España es el país con más bares del mundo, se enfrenta a una importante escasez de camareros. En el sector hostelero, la mitad de los puestos no se cubren, lo que coloca a estos establecimientos en una complicada situación.

En verano, sobre todo, es palpable esta falta de empleados, principalmente porque muchos prefieren irse de vacaciones en vez de trabajar o porque no tienen dinero para el alojamiento, entre otros.

Así, Miguel Palmer, excamarero que trabajó varios años en chiringuitos, expuso a los periodistas de Equipo de Investigación, en laSexta, cómo es ser camarero en estos establecimientos en verano, cuando la carga de trabajo es bastante elevada.

"No me daba ni tiempo de ir a casa"

Palmer, residente en Calpe, Alicante, comenzó contando que "desde los 17 años hasta los 26 años estuve trabajando en chiringuitos de playa, desde finales de mayo hasta finales de septiembre".

Con esto agregó que "era trabajar todos los días de 10:00 a 16:00, luego volvías a las 19:00 y hasta el cierre". Calculó que esta jornada en total consistía en "pues 15 horas o 16 horas todos los días".

Mostró a los periodistas fotos de algunos de los veranos en los que trabajó, en las que aparecía con sus compañeros. "Se les ve la cara de cansados", comentó uno de los periodistas.

A esto respondió el excamarero que, en efecto, en la mayor parte de las fotos estaba muy cansado ya que "al final son, pues, 90 días de los tres meses de verano de continuo trabajando todo el rato":

Agregó que no solo era el hecho de trabajar todos los días del verano de continuo, factor al que hay que agregarle elementos como el calor, sino también que en algunas ocasiones las jornadas incluso superaban las 24 horas.

"He llegado a hacer una jornada de 36 horas", contó. Esto ocurría debido a que acabó a la 1:30 o 2:00 de la mañana y debía volver para empezar su turno a las 7:00 horas: "No me daba ni tiempo de ir a casa y directamente me quedé en el restaurante".

También aprovechó para agregar que no les pagaban las horas extra y en el contrato oficial solo figuraban "8 horas, con suerte", de jornada laboral.

No obstante, también hizo énfasis en que en efecto tener 8 horas de contrato era una 'suerte', porque "yo he llegado a tener contratos de media jornada, es decir, estar media jornada contratado y lo demás 'en negro'".

Esta práctica ha sido denunciada por varios trabajadores en el sector de la hostelería. Es algo que se hace comúnmente porque permite a los dueños de estos establecimientos pagar menos impuestos y, en general, les resulta más barato mantener a sus trabajadores.