La Audiencia Provincial de Cádiz ha condenado a tres y un año de prisión a los dos funcionarios de Puerto II. Ambos fueron juzgados, el pasado mes de enero, por torturar al parricida de Arcos, mientras se encontraba interno en ese centro penitenciario. El tribunal de la Sección Cuarta, encargado de juzgar este caso, ha inhabilitado a los dos funcionarios para el ejercicio de su profesión durante diez y ocho años. Además, les ha impuesto una multa de 360 y 180 euros por un delito de lesiones graves. 

La juez, María Isabel Domínguez Álvarez, no tiene dudas de que los dos acusados se aprovecharon de su posición para "agredir a quien no tenía escapatoria alguna y se encontraba bajo protección penitenciaria". "Le agredieron para tomarse una particular y personal justicia por los hechos que se le imputaban entonces a Isidro S.", por el asesinato de su bebé de ocho meses. La magistrada ha calificado de "recalcitrante" la conducta de uno de los empleados de Puerto II, que propinó hasta dos palizas al interno de Arcos. 

"Vas a dormir calentito"

Como publica el Diario de Cádiz, el tribunal ha dado por probado que a última hora de la tarde del 8 de junio de 2017, cuando Isidro S. se encontraba en el establecimiento penitenciario, uno de los funcionarios se acercó hasta su celda y le advirtió: "Esta noche vas a dormir calentito". Tras lo anunciado, el hombre se dirigió al cubículo acompañado por otro funcionario. Allí, Isidro estaba durmiendo junto al interno de apoyo. Los empleados penitenciarios ordenaron al preso que saliera al pasillo. En ese momento, uno de los acusados se quedó esperando en la puerta, mientras que el otro comenzó a aplicarle "un severo castigo". 

La Guardia Civil, el día en el que Isidro fue detenido.

Le propinó "patadas y puñetazos" por todo el cuerpo, mientras le gritaba "hijo de puta, has matado a un niño de ocho meses, has pegado a una mujer inválida y le has matado al bebé de tres meses que llevaba en el vientre". Durante la agresión, el interno le suplicó que "no le pegara más". Los acusados permanecieron en la estancia hasta que le dejaron semi-inconsciente tumbado en el suelo y ensangrentado. 

Horas después, el mismo funcionario regresó a la celda e infligió otro castigo físico a Isidro. El trabajador "lo tumbó en el suelo" y comenzó a "propinarle de nuevo puñetazos y patadas por todo el cuerpo". En la mañana del 9 de junio de 2017, el educador y la psicóloga del Puerto II encontraron a Isideo "descalzo, deambulando con la mirada perdida y cubierto de hematomas y de heridas en el rostro". Tras esto, lo llevaron a la Enfermería. Todavía la sentencia no es firme y puede ser recurrida en apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. 

Le pidieron que asfixiara al bebé

El pasado 1 de junio de 2017, Isidro acabó con la vida de su hijo de ocho meses. A él y a su pareja le habían retirado la custodia del niño y la tenían sus abuelos paternos. Sobre las cuatro de la madrugada de ese día de junio, se levantó de la cama, apagó y reinició su teléfono móvil y empezó a recibir mensajes que le ordenaban que asfixiara a su bebé, según su relato. Así lo hizo, le dio un beso, dejó en el suelo el cadáver y después despertó a su mujer y la agredió. 

Cuando Isidro fue detenido confesó que no maltrataba a su mujer con frecuencia, si no que le había dado alguna vez un par de "coscorrones". La mujer, de 31 años, estaba embarazada de pocos meses. Ambos habían vuelto después de estar un tiempo separados. No había denuncias previas por maltrato y la mujer tiene otra hija con su anterior pareja

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