El método más eficaz y recomendado para descongelar cualquier alimento fresco es dejarlo desde el día anterior metido en la nevera o, como mucho, a temperatura ambiente si el calor no va a comprometer su estado. A partir de aquí, si la prisa arrecia, hay quien recurre al baño maría o al microondas, nada recomendables si no queremos que se nos empiecen a cocer carnes o pescados antes de cocinarlos.

Pues bien, con la teoría sabida, algún genio ha desarrollado una pequeña variante que ha puesto en alerta a toda una comunidad de vecinos. Estaban preocupados porque en el patio de su edificio, situado en un barrio de Pamplona, caían gotas "de color rojizo" y, seguramente, lo primero que pensaron es que se trataba de sangre, así que llamaron inmediatamente a la Udaltzaingoa, la Policía Local.

Cuando los agentes constataron de qué piso procedía la filtración subieron a comprobar qué era todo aquello y se llevaron la sorpresa de su vida. Lejos de advertir cualquier peligro, "todo quedó en un susto" al percatarse que había unos chuletones tendidos para descongelarse. Así lo contaron en sus redes sociales:

Teniendo en cuenta que la temperatura en Pamplona por estas fechas oscila desde los 4 a los 15 grados, parece complicado que en el exterior la carne se fuese a descongelar antes; pero quizás los responsables de la alerta chuletón prefirieron pringar el patio de sus vecinos y no su cocina. 

Conviene recordar, eso sí —como han explicado nuestros compañeros de Ciencia y Nutrición en este artículo—, que el jugo rojizo que desprende la carne no es sangre sino que procede de una proteína. De hecho, recuerdan que toda la sangre se extrae de los animales cuando se sacrifican. 

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