Luis_Romero
La mujer de Sánchez tendrá su primer juicio ante un tribunal del jurado popular. Nuevamente vemos como muchos socialistas y miembros de otros partidos que les apoyan atacan a la judicatura, a la justicia en general y en particular al juez Peinado. Si hasta ahora Sánchez, su gobierno, su partido y su entorno tenían problemas con la justicia, la situación ha empeorado, ya que Begoña Gómez no solamente tendrá un juicio público, sino que será juzgada por el pueblo, se emitirá un veredicto popular.
En los últimos años, la palabra bulo se ha usado frecuentemente ante verdades irrefutables por los que apoyan a Sánchez, que no han tenido más defensa que decir que las noticias y las opiniones publicadas en relación con la mayor corrupción de la historia de España, se debían a mentiras, bulos y fake news. Debo concluir que los encargados de la propaganda en el PSOE no tienen mucha capacidad de inventiva. Los periodistas, los influencers y los haters que siguen sus directrices, tampoco.
El delito de malversación de caudales públicos, uno de los cinco por los que está investigada Begoña Gómez, viene recogido en la ley orgánica del tribunal del jurado y en el código penal, como uno de los que tiene que juzgar un jurado popular, es decir, se debe tramitar el proceso por el procedimiento ante el tribunal del jurado.
También se quiere culpar al juez Peinado de haber aplicado los preceptos de la ley, pues parece que no lo tenían previsto ¡Qué cosa más rara! Quedan otros cuatro delitos que también deben de preocuparles: apropiación indebida de marca, tráfico de influencias, corrupción en los negocios e intrusismo.
En esta situación, es extraño que Pedro Sánchez siga insistiendo en que él no tiene caducidad y piensa presentarse a las próximas elecciones, cuando solo uno de los múltiples escándalos que le acorralan hubiera sido suficiente en cualquier país europeo para que el jefe del gobierno hubiese dimitido.
Pero aquí en España todo ocurre al revés y la palabra bulo es la que se emplea para rebatir a los que dicen la verdad y no tenemos miedo a hacer uso de nuestra libertad de expresión. Además, otros de los términos más usados por aquellos a los que les gusta confundir son fascista, facha o fachosfera. Es decir: todo el que se atreva a criticar al presidente, su gobierno y su partido, y no siga sus directrices, será calificado con algunos de esos términos. Sólo existen los progresistas (socialistas y quienes les apoyan) y los fachas. Esto me recuerda a la costumbre de los simpatizantes de Fuerza Nueva en la transición, que separaban a los españoles en dos grupos: rojos y fachas.
Como abogado penalista con experiencia en diez juicios con jurado, no creo en la institución del jurado y prefiero que solo existan tribunales profesionales compuestos por jueces. En España, el jurado no está arraigado y la experiencia no es buena. El 90% de los veredictos del jurado son de culpabilidad, un porcentaje mucho más alto que en los juicios presididos por jueces profesionales.
Pero es más, los miembros del jurado suelen decantarse por las peticiones del Fiscal y las instrucciones poco imparciales de algunos magistrados presidentes, ya que ellos son la autoridad y los argumentos de los abogados defensores libres no tienen tanto peso en su veredicto.
En el juicio con jurado de Begoña Gómez pesará la calificación final del Ministerio Fiscal, y como la fiscalía en España depende jerárquica y orgánicamente del Fiscal General nombrado por el gobierno, los miembros del jurado podrán estar influenciados por las órdenes que se den desde la Moncloa, a no ser que el fiscal sea verdaderamente imparcial y se atreva a ejercer la acusación libremente.