Alumnos del Colegio San Francisco de Paula.
El colegio más antiguo de España cumple 140 años, cuna de un alcalde, un director de El Prado y un alto cargo de la ONU
Laico desde su origen, el Colegio San Francisco de Paula es independiente en lo económico y lo ideológico y acoge a alumnos de 49 nacionalidades.
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En pleno centro de Sevilla, en una ciudad marcada por la tradición y la religiosidad, sobrevive desde hace 140 años un proyecto educativo distinto al que ha imperado en España. Cuna de Manuel del Valle, exalcalde de Sevilla; de Juan Antonio Yáñez Barnuevo, presidente del Consejo de Seguridad de la ONU o de José María Luzón Nogué, exdirector del Museo del Prado.
El Colegio Internacional San Francisco de Paula, fundado en 1885, se encuentra en la actualidad dirigido por la cuarta generación de la misma familia: Luis Rey Goñi. El sevillano, crítico con el sistema, lo tiene claro: "La educación, en España, se ha utilizado como herramienta de ataque político".
Es el centro privado más antiguo del país y, sin embargo, probablemente no se parezca en nada a lo que cualquiera pudiera imaginar cuando piensa en un colegio centenario.
Laico desde su origen, independiente en lo económico y lo ideológico, pionero en abrir sus aulas a niñas durante la Segunda República y hoy convertido en un laboratorio de cosmopolitismo con alumnos de 49 nacionalidades.
Rey Goñi dirige el centro con visión de futuro y un profundo espíritu crítico. "En España no hemos tenido una serenidad que permita abordar una cuestión de Estado, como es la educación, de forma colaborativa", sostiene.
Es por ello que considera que la educación se ha utilizado como una suerte de arma política en este país. "Y así nos va”, zanja.
Un centro abierto y plural
Si otra cuestión defiende con convicción Rey Goñi es la neutralidad del centro frente a las creencias o ideologías: "Aquí son bienvenidas las familias independientemente de sus creencias", insiste.
En San Francisco de Paula se entiende la ideología y la creencia como algo que "forma parte del ámbito estrictamente privado de la persona", por lo que "el colegio no debe dar especial preponderancia a ninguna de esas concepciones del mundo".
Esa apuesta por la independencia ha tenido consecuencias importantes. En 1984 renunciaron a la financiación pública a través del concierto y, en 2017, se salieron del sistema educativo español para acogerse al estatuto de centro extranjero. ¿La razón? Mantener autonomía total para desplegar un proyecto propio.
Hoy esa filosofía se traduce en un ambiente donde la convivencia es clave: "En nuestro centro se fomenta la comprensión de otras maneras de pensar y, por supuesto, el respeto a las personas independientemente de cuáles sean sus maneras de pensar", razona su director.
"El mundo está como está, polarizado y lleno de faltas de respeto en todos los ámbitos y en todos los medios", se lamenta, por lo que entiende que, si se quiere avanzar hacia una sociedad "pacífica, justa y de cooperación", el primer paso es "trabajar esos valores con los chicos".
El reto de la diversidad
La comunidad educativa del San Francisco de Paula es un microcosmos global: el 50 por ciento del profesorado procede de otros países y conviven estudiantes de casi medio centenar de nacionalidades.
Esta riqueza, admite Rey Goñi, no está exenta de desafíos: "Hay ocasiones en que es necesario sentarse con chicos y con familias y hacerles ver que la convivencia exige ese respeto a personas que en principio piensan de manera distinta".
Al mismo tiempo, "las oportunidades son enormes". Una de las actividades previstas este curso lo ilustra bien: se pide a los alumnos analizar la composición de su clase por continentes y comparar cómo cada grupo cultural aborda distintas cuestiones.
En definitiva, "aprender que la diversidad no es un problema, sino un recurso".
Pioneros en idiomas
La vocación internacional del colegio no es reciente. Fue uno de los primeros en implantar el bilingüismo con profesores nativos y también en incorporar idiomas inusuales en el sistema educativo español, como el chino o el árabe.
Para Rey Goñi, no se trata de un capricho. "El mundo árabe empieza a 15 kilómetros de la frontera de España y China es casi el 20 por ciento de la población mundial", asume.
Opina, por tanto, que es muy importante que en España haya personas capaces de hablar esos idiomas, ya que "enriquece al país". Por descontado, "abre a quienes los dominan un mundo social, económico y cultural de enormes posibilidades".
La modernidad, insiste el sevillano, debe estar en el ADN de cualquier proyecto educativo. "Yo digo muchas veces que nadie cumple dos veces la misma edad. El mundo no es igual dos años seguidos. La educación no puede serlo tampoco".
En este sentido, Rey Goñi puntualiza que es imprescindible "pensar que los niños que entran hoy en el colegio, que se incorporarán al mundo laboral en 2050, deben prepararse para entonces, no para ahora".
Crítica al modelo español
Más allá de las particularidades de su colegio, Rey Goñi no duda en señalar los déficits del sistema educativo español. Una de sus preocupaciones es la falta de visión estratégica.
"Hace años que el Parlamento Británico publicó una estrategia de inteligencia artificial que luego se llevó a la educación. Aquí eso no está ni se espera. La UNESCO también ha publicado estrategias, y aquí no estamos en eso", apunta.
La enseñanza de las ciencias es otro punto débil a su juicio. "En España, las ciencias se estudian de memoria y así no se hace la ciencia", critica.
La ciencia, según su experiencia, "se hace mediante la experimentación". "Tenemos cero premios Nobel de física, cero premios Nobel de química y no los vamos a tener próximamente porque no hay un trabajo de desarrollo de las capacidades experimentales y de investigación", se lamenta.
Su diagnóstico es claro: sin una apuesta seria por la tecnología y la innovación, España seguirá quedándose atrás.
Y esa apuesta, insiste, no se resuelve con medidas superficiales. "No es darle a cada niño un portátil, desde luego, o no es solo darle a cada niño un portátil, es cambiar la manera de hacer".
Vista en el futuro
Con más de 20.000 alumnos formados en sus aulas a lo largo de 140 años, entre ellos los que destaca un presidente del Consejo de Seguridad de la ONU, un director del Museo del Prado o un exalcalde de Sevilla, el Colegio Internacional de Sevilla San Francisco de Paula celebra su aniversario reivindicando lo que lo ha hecho único: independencia, laicismo, diversidad y visión internacional.
Pero Rey Goñi tiene claro que la celebración no es un ejercicio de nostalgia, sino de responsabilidad. "Tenemos que preparar a los alumnos de hoy pensando en el mundo que vivirán en 2050".
De esta forma, se ratifica en que "la democracia es una construcción compleja que requiere entrenar a los futuros adultos en sus procedimientos. La educación no puede quedarse anclada en el pasado".
Y, en esa reflexión, Sevilla guarda un ejemplo singular: un colegio centenario que no deja de recordarnos que la modernidad también puede escribirse desde la tradición.