Un niño recibe la vacuna de la tosferina.

Un niño recibe la vacuna de la tosferina. EE Sevilla

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La tosferina se dispara en Sevilla con el fin de las mascarillas obligatorias: así se reconoce la enfermedad

El año pasado se dieron 183 casos solo en la provincia, según datos de la Consejería de Salud y Consumo.

6 marzo, 2024 05:45
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El año pasado se dieron en Sevilla 183 contagios de tosferina. Esta infección respiratoria que se transmite con mucha facilidad y puede acabar en el hospital, sobre todo cuando se da en niños de corta edad. 

Este aumento de contagios se debe, señalan desde Salud, al fin de las medidas de profilaxis que se adoptaron durante la pandemia de Covid-19. Cuando las mascarillas han dejado de ser obligatorias, reconocen, aumentan los contagios. 

De hecho, en 2022 los casos que se notificaron fueron solo cuatro en toda Andalucía. Se dieron solo 2 en 2021 -cuando las medidas eran aún más restrictivas-. Y 24 contagios en 2020 -el año de inicio de la pandemia de coronavirus. El año anterior, en 2019, fueron 286, según datos de Salud. 

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De esas casi 300 en Andalucía se ha pasado a 183 solo en la provincia de Sevilla. Un crecimiento exponencial que preocupa a los médicos. Así lo señalan desde la Asociación Andaluza de Enfermería Familiar y Comunitaria (Asanec). 

Dosis extra de vacuna

Desde esta organización defienden la necesidad de poner una dosis extra de la vacuna contra la tosferina "ante el repunte de casos" que se está dando, señalan, en toda la comunidad y no solo en Sevilla. 

La infección afecta, añaden, a todos los grupos de edad, no solo a los adultos. Pero sin embargo son los jóvenes y los adultos los que sirven como vector de transmisión al tener más contactos sociales a lo largo del día. 

Pero, ¿qué es la tosferina? Se trata de "una enfermedad con alto índice de contagios" y cuya transmisión "se produce por contacto estrecho con una persona infectada a través de la tos o contacto con las secreciones respiratorias".

Síntomas de la tosferina

Según explican desde el Ministerio de Sanidad, la tosferina empieza "como un resfriado". Los síntomas son de congestión nasal y moqueo así como estornudos y tos leve o fiebre moderada. 

A la semana o 14 días se empieza a notar una tos más intensa. "A diferencia del resfriado común, la tosferina puede producir accesos de tos violentos y rápidos durante varias semanas", explican en el Ministerio de Sanidad. Ese es el síntoma más distintivo.

"Estos accesos de tos pueden hacer que la persona enferma tenga que hacer un esfuerzo mayor para respirar, produciendo una especie de "silbido" que se conoce como “gallo inspiratorio”, añaden.

Sin embargo, en bebés es más complicada de detectar sin la ayuda de un médico porque no tiene tanta tos. A veces, puede estar casi ausente. 

Explican en Asanec que el pico de máximo contagio de la tosferina se produce en invierno y primavera, cuando circulan los catarros también. 

Grave en los bebés

La responsable de inmunización de Asanec, Eva Almán, explica que la tosferina “es especialmente grave en los primeros meses de vida”.

“El 90 por ciento de las hospitalizaciones se dan en niños menores de un año, con mayor porcentaje en los menores de tres meses, por presentar complicaciones graves y hasta mortalidad”, detalla.

Desde Asanec recuerdan que, en España, la tosferina se encuentra en una epidemia sostenida desde el año 2010. Según datos del Instituto Carlos III, desde 2011 se declara un promedio de 4.000 casos anuales, con un pico máximo entre 2014 y 2019.

Centro Nacional de Epidemiología

Además, en el informe publicado por el Centro Nacional de Epidemiología, que analiza el periodo comprendido entre los años 2005 y 2020, se recogen un total de 43.534 casos de tosferina, registrando 10.281 hospitalizaciones (el 82,7 por ciento en menores de tres meses de vida).

Además de las vacunas, que reclaman desde esta organización científica, hay otros medios de prevenir los contagios. Se trata de acciones preventivas que protegen, sobre todo, a los bebés. 

Así, es fundamental, señalan los médicos, tener un alto porcentaje de población adulta vacunada, cortando así la transmisión. Además, se puede "realizar un aislamiento respiratorio de la persona con síntomas hasta cumplir, al menos, cinco días de tratamiento y, en algunos casos, tratamiento de las personas que conviven con él".