El cine español sigue guardando varios ases en la manga para este año y aunque apenas queden unos días para que acabe noviembre, siguen llegando títulos de películas a las que merece seguir la pista cada fin de semana en la cartelera. Una de ellas es El amor de Andrea, lo nuevo de Manuel Martín Cuenca (El autor, La hija), que se estrena en cines el 24 de noviembre. Y con motivo de su llegada a la gran pantalla, SERIES & MÁS | EL ESPAÑOL os adelanta un clip del filme en exclusiva.

En ella seguimos a Andrea (Lupe Mateo Barredo), una joven de 15 años que quiere recuperar el amor de su padre, que desapareció de sus vidas cuando se divorció de su madre. Siempre le ha recordado como un padre amoroso y no logra entender por qué ahora no quiere ver a sus hijos. Sus dos hermanos pequeños serán sus compañeros infatigables en esta aventura que habla del amor, la familia y el desencanto.

La película está dirigida por Martín Cuenca a partir de un guion escrito por él junto a Lola Mayo (La mujer sin piano, Lo que sé de Lola) y se rodó íntegramente en la Bahía de Cádiz en los meses de otoño, buscando retratar en pantalla el viento, el mar y la luz atlántica, una marca habitual del director, que siempre busca situar sus historias en escenarios naturales.

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Está protagonizada por la joven Lupe Mateo Barredo y completan el reparto Fidel Sierra, Cayetano Rodríguez Anglada, Agustín Domínguez, Irka Lugo, Jesús Ortiz, Inés Amieva y Jose M. Verdulla Otero.

Una curiosidad sobre el filme es que se rodó en orden cronológico y de tal forma que ninguno de los actores o actrices conocieran el guion. La producción corre a cargo de La Loma Blanca, LAZONA y Nephilim, y apuesta por un reparto debutante escogido tras un casting de un año.

Fotograma de 'El amor de Andrea'.

"¿Se puede demandar el amor?", se preguntaba Manuel Martín Cuenca al hablar de El amor de Andrea. "Incluso cuando se está hablando de la propia familia, de un padre o una madre... Creo que no hay nada más complicado que las relaciones familiares".

"Los niños son inocentes, pero en su territorio se libran las batallas de los adultos. El rechazo, la falta de afecto, la violencia, la manipulación... Tengo la sensación de que los padres, en muchas ocasiones, pretendemos que nuestros hijos sean una prolongación de nosotros mismos, de nuestros deseos e inquietudes, incluso de nuestras guerras. Lo cierto es que los niños quedarán marcados para siempre por la dinámica familiar que hayan encontrado", aseguraba el director.

Martín Cuenca también explicó que "Andrea fue el nombre de nuestra protagonista desde un primer momento" por una razón concreta, ya que es "un nombre con connotaciones familiares para mí. Quizás el de una hija que no tuve y que ahora surge en la ficción". 

Según el cineasta, "la familia debe ser confrontada y redefinida, los afectos que importan son los que se entregan con generosidad y no los que se demandan e imponen; y, en muchos casos, las familias son el origen de nuestros malestares más profundos".

Y eso mismo se traslada a la producción, en la que "Andrea debe enfrentarse a todo esto y, por tanto, ser una heroína; no una chica aplastada por la dinámica familiar, sino una chica que la desafíe. Tiene que ser más valiente que los adultos que la rodean", porque según él, la película "reivindica a los jóvenes".