Son las 10 horas en el camino del seminario que baja hacia el río Arga, cerca del centro de Pamplona. El sol calienta la copa de los árboles que se levantan todavía con el trauma de ser cómplices del crimen que se perpetró hace varias noches cerca de sus raíces: allá donde esos cálidos rayos no llegan.
La madera vieja, la maleza mil veces pisada y los arbustos quebrados cuentan a voces, en silencio absoluto, mucho más de lo que el ojo es capaz de detectar a simple vista. Las esporas de los musgos enturbian como la niebla un ambiente ya de por sí enrarecido y sonrojado por haber sido testigo de la presunta violación de una joven inocente por parte de cuatro argelinos "irregulares".
Ella no debía estar allí, pero los azares del destino la metieron en la boca del lobo, mientras a un tiro de piedra cientos de estudiantes celebraban la popular fiesta de la carpa universitaria.
La carrera policial para encontrar a los culpables de este crimen comenzó cuando se encontró a la chica "tirada en un camino, encima de unas hojas, desvalida, desubicada y semiinconsciente", según ha descrito la titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Pamplona. La misma que ha enviado a prisión provisional, comunicada y sin fianza a los cuatro detenidos.
Para la juez "existe riesgo de ocultación de pruebas y de fuga debido a que los cuatro están en situación irregular". Por ello, los ha mandado a prisión para asegurar la presencia en el juicio de estos presuntos violadores de 33 años, 26 -dos- y 25. Les imputa los delitos de agresión sexual y robo.
"Sin ropa interior"
La juez relata en el auto que la víctima fue encontrada en las inmediaciones de la carpa universitaria "semiinconsciente". La voz de alarma la dieron varios paseantes, un puñado de tantos que hicieron ese camino aquella noche, ajenos al crimen que se perpetraba entre la maleza y los árboles.
La noche hace imposible ver lo que ocurre a más de un palmo de los troncos que bordean este sendero, pero a ella la hallaron sin ropa interior y sin sus pertenencias personales.
En un principio, la chica no era capaz de recordar nada de lo que había ocurrido, y según cuentan fuentes policiales a EL ESPAÑOL, "llevaba el pantalón al revés y no vestía ropa interior".
En ese momento comenzó una profunda investigación que mantiene en vilo a toda una ciudad por su similitud con el crimen de La Manada.
Un asentamiento ilegal
Los cuatro supuestos violadores tienen origen argelino y vivían en un asentamiento ilegal formado por cuatro tiendas de campaña se ocultaban entre la maleza del río Arga. Sólo se accede a él por el camino del seminario, una ruta que esa noche utilizaron cientos de jóvenes para asistir a la carpa universitaria.
En este rincón boscoso poblado por las tiendas de campaña, los investigadores localizaron la ropa interior que le faltaba a la joven, según amplían fuentes conocedoras del caso. Ellos, al ser preguntados, "han incurrido en contradicciones en sus declaraciones".
Además, también se investiga la posible existencia de un vídeo de la agresión sexual grabado con un teléfono móvil, aunque su existencia no está confirmada.
Pero desde este miércoles, el 'campamento' ya no existe. Después de que las policías Municipal, Foral y Nacional terminasen de recoger todas las pistas necesarias, se ordenó el levantamiento del mismo.
Sin embargo, dada la cantidad ingente de basura y restos que se esparcen por los alrededores, todavía se puede comprender en qué condiciones vivían los detenidos.
Allí se afeitaban, como atestiguan las maquinillas de afeitar que se pueden encontrar en el suelo.
Se cambiaban de ropa, como sugieren algunas prendas de la marca Adidas y algún que otro par de zapatos viejos que aún permanecen tirados sobre la maleza, o los calcetines que cuelgan de las ramas de los árboles.
La zona de tiendas de campaña donde se produjo la agresión sexual a la joven.
Dormían, como demuestra un colchón repleto de insectos.
Fumaban, como son testigos las cajas de tabaco vacías que se pueden ver aquí y allá.
Bebían, como dan fe las botellas de alcohol de cristal que se disputan el sitio con la propia tierra.
Y allí cabe deducir que mantenían relaciones sexuales.
Un plástico de color rosa de la marca Durex -sin el profiláctico en su interior-, y un bote de lubricante 'Eros' -que advierte en un rótulo que no debe usarse como anticonceptivo- son indicios que permiten sacar esta conclusión.
Por si fuera poco, en este foco de inmundicia e insalubridad todavía se pueden contemplar restos de bicicletas y maletas viejas, así como algunas de las cuerdas con las que mantenían en pie las tiendas de campaña.
Todo ello perfectamente oculto al paso de los andantes que transitaban por el camino del seminario, debido a la frondosa maleza.
Los cuatro ocupantes de este campamento, principales sospechosos de ser los agresores sexuales de la joven, eran "conocidos de la policía", detallan fuentes conocedoras del caso. "A pesar del poco tiempo en España, uno de los investigados tiene antecedentes por delitos contra el patrimonio y policiales de diversa naturaleza", añade la juez.
Por lo tanto, los investigadores deducen que este asentamiento ilegal fue instalado hace varios meses.
Su ubicación exacta es difícil de precisar si no se asiste al lugar: se encontraba en el interior de la masa arbórea tras el camino peatonal de la bajada de la cuesta de Beloso -el llamado 'camino del seminario'-, a las afueras de la capital foral.
Versión del Ayuntamiento
Tal y como publicó EL ESPAÑOL en primicia, el Ayuntamiento de Navarra tenía constancia de la existencia de este campamento.
No solo por las intervenciones policiales a las que se sumaban las quejas vecinales, también por dos informes conocidos por este diario elaborados por responsables de seguridad ciudadana de la Policía Municipal de Pamplona, que depende del ayuntamiento de EH Bildu, y del alcalde Joseba Asiron.
Este periódico se ha puesto en contacto con el consistorio de la capital navarra, que no ha especificado por qué no se llevó a cabo ninguna intervención sobre este asentamiento.
PREGUNTA.– ¿Por qué el ayuntamiento no actuó ante los citados informes recibidos sobre el asentamiento ilegal en el que se produjo la violación?
RESPUESTA.– En torno a asentamientos de personas sin hogar que existen en Pamplona, desde Policía Municipal, desde Policía Comunitaria y desde Servicios Sociales, se informa todas las semanas. Se hace un seguimiento continuo de la situación y la propia existencia de esos informes lo demuestra.
Los informes que se emiten tanto desde Policía Municipal como desde Servicios Sociales son absolutamente confidenciales dada la naturaleza de los datos que en ellos se recogen y la situación de las personas a las que se refiere. Su difusión vulneraría la Ley de Protección de Datos y el deber de custodia de esos datos que se le atribuye a Policía Municipal, a Policía Comunitaria y a los Servicios Sociales.
