"Inexplicable". "No tenía enemigos". Esto es lo que atestiguan familiares y conocidos de Ambrosio González (61 años) cuyo cuerpo apareció en la madrugada del sábado cosido a puñaladas en su chalé de Tavizna, un pequeño e idílico núcleo rural a 8 kilómetros de Ubrique (Cádiz).
El hombre, invidente, era natural de este pueblo de la Sierra de Cádiz, donde era conocidísimo por el establecimiento hostelero que tenía su padre en el centro de la localidad y por su actividad como vendedor de cupones de la ONCE hasta que se prejubiló hace escasamente 8 años.
Fue primero una lesión ocular, y posteriormente, una infección en la herida, las que le privaron de la visión de un ojo siendo un veinteañero. Luego, un accidente doméstico le provocó perder la vista del otro.
Para entonces ya andaba trabajando para la Organización Nacional de Ciegos, recorriendo las calles del pueblo, aunque se situaba de manera preferencial, para repartir suerte, en la plaza donde se ubica el local que regentó su padre.
Pese a que el Bar Acapulco ya no estaba en manos familiares, raro era el día en el que Ambrosio no paraba allí a tomarse un café o una tapa de chicharrones. Y más, desde que se prejubiló, luego de trabajar para la ONCE durante tres décadas.
"Era cercano, y un hombre bueno. Siempre de buen humor, siempre con una sonrisa y ayudando a los demás si podía", cuenta un vecino a EL ESPAÑOL a cambio de anonimato.
Siempre fue un hombre de costumbres. Adquirió un pequeño chalé, "una casita muy bonita con una parcela de terreno", precisa este vecino, en Tavizna, un precioso enclave rural a orillas del río del mismo nombre, en el término municipal de Benaocaz, y a escasos a 9 kilómetros de Ubrique.
"Ambrosio era totalmente autosuficiente. Si no lo llevaba allí su hermana en coche, cogía el autobús solo. Tenía la parada a escasos metros de la puerta de su casa y a escasos metros de la puerta del chalé".
Tras pasar la tarde, "se volvía a Ubrique sobre las 9 de la noche, en el último autobús", precisa este vecino. Escuchando el ruido del agua y disfrutando de la naturaleza pasaba los días el hombre. Y en verano, además, disfrutaba de temperaturas más frescas.
El Ayuntamiento de Ubrique, con las banderas a media asta en señal de duelo.
Allí fue, como casi todos los días, el pasado viernes. Pero no regresó en el último autobús, cuyo trayecto desde Tavizna a Ubrique se cubre en apenas 10 minutos. "Su familia, que estaba muy pendiente, le echó en falta, y además no contestaba al teléfono. Fue su hermana la que acudió a Tavizna con su coche, y se encontró la escena".
Era la 1 de la madrugada del sábado cuando el 112 recibió la llamada de alerta. El interior de la vivienda estaba revuelto, había muchos rastros de sangre y el cuerpo de Ambrosio yacía sin vida. Presentaba múltiples puñaladas, incontables en un primer momento. Recibió al menos una en el cuello, y el resto, en su mayoría, por la espalda. Así, hasta al menos 50.
La escena del crimen hace que la Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz, que está a cargo de las investigaciones, no descarte el robo como móvil del asesinato.
Pero la saña con la que acabaron con su vida y tal cantidad de heridas de arma blanca hacen también no descarten otras hipótesis, como que el presunto autor o autores lo conocían bien, que no fue elegido al azar, y que pudieron actuar por otras motivaciones de tipo emocional. El caso se encuentra bajo secreto de sumario.
Otro robo
Cabe reseñar que hace tres años Ambrosio ya sufrió un robo en su casita de Tavizna, aunque no se encontraba en el lugar cuando saquearon la casa. "Por eso, instaló cámaras de seguridad. Pero estaban desactivadas, y dudo que eso lo hiciera él", precisa otro vecino a este periódico. También indica que "parece ser que el viernes por la mañana, y antes de irse a Tavizna, acudió a sacar dinero del banco".
La consternación en el pueblo es total y absoluta, pues la familia es muy conocida en Ubrique, e incluso un sobrino de Ambrosio es policía local. "Aprendió a tocar el piano y la batería y le gustaba mucho cantar y las motos. Tenía muchas inquietudes y un enorme afán de superación. Una auténtica tragedia". Soltero y sin hijos, Ambrosio se volcó con sus sobrinos, y con sus sobrinos nietos.
El Consistorio de Ubrique decretó luto el sábado, por lo que las banderas han estado ondeando a media asta en su fachada. Mientras, los vecinos esperan ansiosos a que cojan al autor o autores con una enorme inquietud y temor.
