Alexandre Novás, de 24 años, abandonó su vida en Madrid para poner rumbo a Alemania hace casi dos años y poder comenzar su vida laboral. Ahora se encuentra en la ciudad de Stuttgart. Impulsado por la dificultad de encontrar empleo en España, el joven de origen gallego encontró un futuro en tierras alemanas.
Alexandre, tras terminar sus estudios de Bachillerato, se dirigió a la capital española para formarse en el Grado de Animación. "Elegí la carrera por vocación, siempre me ha gustado dibujar y la industria de la animación desde hacía muchos años", recuerda el gallego.
Transcurridos cuatro años, terminó la carrera universitaria, pero no todo sería un camino de rosas. "Cuando terminé de estudiar, como no encontraba trabajo me puse a estudiar un curso en el área en la que me quería especializar". Novás cuenta a este diario que nunca llegó a trabajar en España –exceptuando las prácticas universitarias–, pero afortunadamente fue tan solo cuestión de meses para que le llegase la oportunidad de trabajar en el extranjero.
Abandonar tu hogar para trabajar fuera no es una decisión sencilla, pero Alexandre era consciente de que le estaban ofreciendo una oportunidad difícil de rechazar. "Era un proyecto que me daba un reconocimiento bastante grande debido a su importancia y admiración dentro de la industria", recuerda Novás.
Pero su elección no estuvo infundada únicamente por las oportunidades laborales o reconocimiento, el sueldo jugaba un papel fundamental en su decisión. "En el sueldo sí que hay una gran diferencia en mi industria. Un sueldo normal en mi puesto en España rondaría los 1.400 euros y aquí en Alemania estoy cobrando alrededor de los 2.400 euros", cuenta Alexandre en conversación con EL ESPAÑOL.
Cuenta que es una diferencia bastante considerable, teniendo en cuenta que el alquiler que paga en Stuttgart y el que pagaba en Madrid no presenta muchas diferencias. Es un poco más caro en la ciudad alemana, pero la diferencia en cuanto al sueldo es bastante grande.
Alexandre con algunos de sus compañeras de trabajo en Stuttgart.
El gallego también recuerda con cariño el proceso de adaptación: "En el estudio en el que empecé a trabajar, prácticamente todos éramos de fuera, entonces la adaptación fue bastante conjunta". La mezcla de personas de diferentes nacionalidades que se encontraban en la misma situación que él hizo que todo fuese mucho más fácil.
Además, eran varios los españoles que comenzaron a la misma vez en el proyecto, entonces el choque cultural no fue tan grande. "Pero sin lugar a dudas, lo que hizo que me sintiese como en casa, fue la llegada de mi novia Cristina pocos meses después, que afortunadamente, también la contrataron en el mismo estudio", recuerda con cariño Alexandre.
Sin embargo, "Alemania tiene sus luces y sus sombras", admite el gallego. Explica que el estilo de vida entre los dos países es similar. Una de las costumbres que más le gusta de vivir allí es el horario de las comidas, "siento que aprovecho más el día al comer y cenar más temprano". Además destaca la cantidad de zonas verdes que hay, siendo este un lugar muy común para hacer planes con amigos o deporte.
"Por otra parte, añoro mucho el tardeo y hacer vida por las tardes. Aquí la gente se va a casa mucho antes y sobre las 18:30 h ya no hay mucha vida fuera de tu casa", cuenta desanimado Novás. Pero sin lugar a dudas, lo que peor lleva el español son los inviernos: "He pasado dos inviernos y han sido bastante duros, muy pocas horas de luz, mucho frío, mucho mal tiempo y esto sí que cuesta bastante".
Volver a España
Alexandre llegó a considerar regresar a España este verano, justo cuando finalizó su contrato, pero apenas terminó recibió una nueva oferta en un proyecto que le daba la oportunidad de seguir creciendo profesionalmente. "Sí que es cierto que no descarto en un futuro volverme a España, pero para los próximos 2 o 3 años planteo mi vida aquí en Alemania", asegura el joven.
Durante su etapa universitaria nunca se llegó a plantear trabajar en el extranjero, pero tras haber podido disfrutar de esta experiencia, no duda en recomendársela a todo el mundo, ya que es una forma de conocer a mucha gente de diferentes culturas.
Alexandre en su estudio.
"La experiencia ha sido increíble, he abierto muchísimo la cabeza, al final es salir de tu zona de confort y enfrentarte a retos nuevos. Vivir en un país que no es el tuyo te ofrece muchísimas cosas y estoy muy contento", finaliza Alexandre.
