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En el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Ceuta no hay espacio para nadie más. Casi 900 extranjeros mantienen abarrotado el lugar, con una capacidad oficial para 512 personas. Otro centenar permanece en las afueras de las instalaciones y ha generado incomodidad entre los vecinos de esta zona de El Jaral. 

"Se pelean entre ellos a navajazos o se tiran piedras", se queja un vecino. Otro detalla que, en las noches, los inmigrantes que duermen afuera del CETI hacen fogatas. "El miedo es que ese fuego se les salga de control y puedan incendiar el barrio".

Por su parte, el secretario provincial de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), Rachid Sbihi, indica el CETI "está ahora al límite de su capacidad". Por esta razón, "hay inmigrantes que han conseguido entrar a Ceuta irregularmente y se están quedando en la puerta a dormir".

Más de un centenar de inmigrantes permanecen hacinados afuera del CETI de Ceuta. Cedida

"Estamos hablando de más de 100 personas. Han improvisado con sábanas tiendas de campaña y todo el acceso a la entrada principal, que es la única que tiene el CETI, está colapsado", describe.  

Sbihi también explica que cada vez llegan más personas porque el cruce irregular de la frontera no se detiene, y considera que, aunque se acumulan, generalmente no causan problemas.

"Llevamos conviviendo con los inmigrantes del CETI, que principalmente proceden del África subsahariana, y rara vez han producido algún tipo de altercado", expresa. 

Sin embargo, la noche del pasado 30 de agosto, la Policía Nacional tuvo que acudir al CETI ante las denuncias de los vecinos, que vieron cómo los inmigrantes hacían algunas fogatas.

Esa noche, relata un vecino de la zona, los inmigrantes tenían música a volumen alto pese a que ya eran más de las 12 de la noche.

En ocasiones, los vecinos también escuchan peleas entre los inmigrantes. "Se pelean a navajazos. La otra vez hirieron a uno en la cara", detalla el vecino. 

Centro abarrotado 

El CETI de Ceuta permanece abarrotado de extranjeros que han llegado ilegalmente a España y que han solicitado protección internacional. Este centro no tiene plaza para todos ellos, pero se han habilitado varios espacios dentro de las instalaciones para alojar a algunos. 

Según reportes de la prensa local, hay hasta 886 personas alojadas y otro centenar que pernocta en las calles. 

El director del centro, Antonio Bautista Fernández, ha ordenado que no se permita la entrada de más inmigrantes porque el lugar ya está colapsado. Por ello, estas personas no tienen más opción que dormir en las afueras de las instalaciones.

Los inmigrantes permanecen día y noche en las afueras del centro. @user8622375424632

Lo que sí ha autorizado es que a todos se les permita entrar durante el día para ducharse y comer. Cuando llega la noche, los inmigrantes que no alcanzan en el interior del centro se acomodan en sus chabolas, en las bancas de los alrededores o simplemente en el suelo con las mantas y almohadas que les han entregado en el CETI. 

Por las noches es cuando se producen los altercados que molestan a los habitantes. "Ponen música que se escucha en todo el vecindario y se escuchan gritos. Si es que no dejan dormir", se quejan.

Lo que más les preocupa son las fogatas nocturnas. "Esta es una zona donde hay mucho monte y vegetación, y cualquier descuido puede provocar un incendio. La Policía ha venido a decirles que no pueden hacer fuego, pero lo siguen haciendo", indica. 

Director investigado 

El director del CETI de Ceuta, Antonio Bautista Fernández, tiene más de un mes de estar investigado sobre su proceder en una denuncia que interpuso una enfermera del lugar por agresión sexual.

El hecho ocurrió el 27 de julio de 2025, cuando un residente guineano de 25 años identificado como Allhasane Diallo, según reportó Ceuta Ahora, iba a recibir atención médica en la enfermería.

Más de 800 inmigrantes permanecen alojados en el centro. Cedida

La enfermera le pidió al hombre que se diera vuelta porque le iba a inyectar y este se bajó sus pantalones, tomó del brazo a la mujer e intentó obligarla a tocar sus genitales. 

La mujer gritó y fue auxiliada por personal del centro. Después denunció al hombre, quien fue detenido por la Policía Nacional y posteriormente condenado por coacciones. 

Según los sindicatos, Bautista trató de disuadir a la víctima para que no presentara denuncia. Ahora enfrenta acusaciones de omisión de protocolos, de crear un mal ambiente laboral y de haber tomado decisiones cuestionables.