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La doctora Rosario está de baja en el centro de salud de Orihuela donde pasaba consulta como médico residente en la especialidad de familia. Esta facultativa, de 29 años, se ha cogido una baja médica tras ser puesta en libertad como supuesta autora de un delito de omisión del deber de socorro contra su propio padre, Felipe Hernández Medina, por presenciar sin pestañear cómo su hermano mayor, Felipe junior, de 35 años, apaleaba a su progenitor en la oficina de una tienda que es una institución en Molina de Segura: Tejidos Hernández.

Mi hermano le pegó un puñetazo a mi padre”, según afirma Rosario Hernández Ramos, en su declaración en sede judicial. Tal afirmación deja retratada a esta médico porque el vídeo del ataque evidencia que su hermano mayor, Felipe, le dio un puñetazo tras otro a su padre, protagonizando una paliza que ha horrorizado a los vecinos, por el cariño que le tenían a este comerciante con alma de streamer y de activista de la política local.

Vimos abierta la puerta y aprovechamos para entrar y hablar con él, para que nos dejara libre las plazas de garaje para poder aparcar”, tal y como prosigue relatando esta veinteañera, cometiendo el segundo fuera de juego de su declaración, ya que las imágenes de las cámaras de seguridad del comercio del difunto Felipe ponen de manifiesto que no hubo conversación alguna con sus dos hijos.

La doctora Rosario, el lunes 21 de julio, en su puesta a disposición de los juzgados de Molina de Segura por el parricidio de su padre, Felipe.

De hecho, Rosario es la joven del vestido amarillo que desempeña un supuesto rol de aguadora, en la pasillo de la tienda, controlando que ningún cliente entre por la puerta mientras su hermano Pipe muele a palos a su progenitor. La Policía Nacional está analizando los móviles de ambos hermanos, para esclarecer si este ataque fue preconcebido, pero ella afirma ante el juez que no maquinaron nada: “No tenía ningún plan para matar a mi padre".

Las cámaras de seguridad demuestran que no hubo ninguna conversación entre el cabeza de familia y sus vástagos. Todo lo contrario, a las 10:45 horas del sábado 19 de julio, Felipe junior entra con paso ligero en Tejidos Hernández, y Rosario le sigue, hasta que su hermano se adentra a la oficina de su padre y empieza a darle puñetazos como un púgil de boxeo: uno, dos, tres...

A continuación, Felipe junior patea a Felipe padre cuando lo tira al suelo. Hasta en dos ocasiones evita que se ponga en pie este sexagenario, con problemas de corazón, incluso llega a lanzarlo contra la pared. Tales acciones violentas no se recogen en la definición que la RAE ofrece sobre lo que significa "hablar", como sostiene Rosario, pero la doctora asegura al juez que su progenitor los instó a marcharse de su negocio: “Mi padre estaba en la oficina de la tienda y nos echó. Hubo un forcejeo y mi hermano le pegó un puñetazo”.

El vídeo de la paliza en la que Felipe murió a golpes a manos de su hijo: él "temía" a sus cuatro vástagos y a su exmujer

El vídeo de la paliza en la tienda que publicó en exclusiva este diario, carece de sonido, de modo que no se sabe qué se dijeron padre e hijos durante la secuencia que se prolonga 1 minuto y 32 segundos. Tan solo se aprecia al comerciante defenderse de una tunda de palos desproporcionada.

Una fuente de la Consellería de Sanidad de la Comunidad Valenciana confirma a este diario que van a “estudiar las medidas a tomar” con esta facultativa que está haciendo su residencia en un centro sanitario de Orihuela, tras examinarse del MIR. De momento, no pueden apartarla de sus funciones o abrirle un expediente disciplinario por estar investigada, por la omisión del deber de socorro a su padre, debido a que se encuentra de baja médica.

Esta facultativa evitó terminar con sus huesos en prisión, como Felipe, argumentando en los juzgados que no auxilió a su progenitor porque no perdió el conocimiento durante la agresión. Por ese motivo, los dos hermanos se marcharon a la carrera de la tienda: “Mi padre estaba consciente y le dijo a mi hermano: ‘Felipe, qué me has hecho’. Después añadió: ‘Te vas a enterar’. Yo me agaché y lo vi consciente. A continuación, mi padre salió gritando: ‘¡Vecina, vecina!’ Mi padre salió caminando [de la tienda a la calle Mayor].

Rosario relata como si tal cosa que siguió con sus planes de fin de semana tras la paliza que su hermano Pipe le propinó a su padre. Esta veinteañera llega a recalcar que se quedó sorprendida al enterarse de que su padre había muerto ese mismo sábado, agonizando en la acera, sobre los brazos de una vecina: “Me quedé atónita, no me esperaba lo que sucedió”. “En cuanto me enteré, me vine de Orihuela donde me encontraba porque había quedado con una amiga”.

Felipe y su hermana, Rosario, huyendo de Tejidos Hernández, el sábado 19 de julio, tras la paliza a su padre.

La declaración de Rosario presenta similitudes con la de Felipe porque también deja entrever el móvil económico, como el supuesto desencadenante de este parricidio.

En la diana de la investigación judicial está la explotación de los 13 o 14 inmuebles de Jopichusa: un sociedad donde figuraban como propietarios los cuatro hijos de Felipe y su exmujer. Valga como ejemplo las plazas de garaje que Felipe padre heredó de su madre, Dolores, y que este comerciante seguía alquilando en el Edificio Royca mientras que su prole debía rascarse el bolsillo -pagando el IBI-.

“Cuando mis padres se separaron, mi madre se quedó con una serie de bienes y mi padre con dinero. Mi madre se ocupaba de afrontar los impuestos y gastos de esos inmuebles. Hubo un embargo por impago de algún tipo de gasto y lo tuvieron que solucionar mis hermanos", tal y como desvela Rosario, respondiendo solo a las preguntas de su abogado, Pablo Martínez.

"Mi padre les dejaba usar a terceros unos bienes que estaban a nuestro nombre, de forma gratuita”. Tal situación molestaba a la prole de Felipe y decidieron tomar cartas en el asunto cuando encauzaron sus futuros profesionales, convirtiéndose en funcionarios de carrera: “Desde que hemos aprobado las oposiciones, intentamos hablar con mi padre para resolver estos temas, pero él dice que su tienda es suya y su garajes también. Mis hermanos y yo queremos ponerlos en venta para obtener dinero ó hacer uso de ellos”.

De modo que este comerciante venía denunciando ante la Policía Nacional que era víctima del presunto acoso de Felipe junior y José, miembros del cuerpo superior de inspectores de Hacienda; Jesús, integrante del Cuerpo de Arquitectos de la Hacienda Pública, o Rosario como médico de cabecera en el Sistema Valenciano de Salud.

Felipe (c), junto a su hijo Felipe, detenido por la Policía Nacional por la muerte de su padre, en una foto cedida por sus familiares. Cedida

La declaración de Rosario tiene otra similitud con la de su hermano, el supuesto parricida, debido a que también trata de darle la vuelta a la tortilla, después de que la familia del difunto comerciante saliera en tromba para hacer públicas diez denuncias que presentó contra sus hijos, entre 2020 y 2025. Los familiares de Felipe llegaron a criticar a la Justicia porque intentó tres veces -sin éxito- que le impusieran una orden de alejamiento a sus descendientes.

Pero Rosario asegura en sede judicial que el malo de la película era su padre porque le hizo vivir un calvario durante su matrimonio a su madre, Rosario: subinspectora de Hacienda que en 2012 le presentó una demanda de divorcio a Felipe y que llegó a convencerle para colocar a su suegra como gerente de Jopichusa -una sociedad valorada en un potosí-.

“Mis padres están separados desde hace unos quince ó veinte años. Desde que se separaron, mi madre se ha hecho cargo de todo. Mi madre ha sido víctima de violencia de género, pero nunca ha denunciado porque le ponía nerviosa tener que acudir a un juicio con mi padre. Ella evitaba cualquier relación”.

La menor de la casa llega a asegurar que ella también sufrió palizas -durante su infancia- a manos del gerente de Tejidos Hernández: “En múltiples ocasiones he sufrido agresiones de mi padre. De pequeña, me pegaba correazos en las piernas. En una ocasión, le llegué a denunciar siendo mayor de edad, pero mi madre me dijo que quitara la denuncia porque tenía miedo”.

Coronas de flores que los vecinos de Molina de Segura han dejado en la fachada de Tejidos Hernández como homenaje a Felipe. Cedida

Por activa y por pasiva, la investigada trata de dibujar un perfil violento del hombre que la acunó, que la llevó a jugar al parque o que la recogió al salir del colegio: "Mi padre es una persona bastante agresiva. No se puede hablar con él porque se pone a chillar. Mi padre nos daba empujones para sacarnos de la tienda". "Jamás he amenazado, insultado ó pegado a mi padre”.

Pero la doctora Rosario olvida que todos en esta tragedia familiar tienen un historial y el de ella consta en denuncias como esta que interpuso su padre, Felipe, ante la Policía Nacional, un lejano 22 de junio de 2021 y que por desgracia resultó premonitoria:

"En mi tienda se han presentado mis dos hijos: Felipe y Rosario”. “Han comenzado a chillarme para que abriera la puerta porque la tenía cerrada con el pestillo. Han empezado a gritarme que saliera fuera que me iban a pegar. Han empujado la puerta, la han golpeado y me han amenazado en todo momento con agredirme: ‘Te vamos a reventar la cara’”.